DAR LAS GRACIAS Y SER
AGRADECIDO, NO ES LO MISMO
Mucha gente confunde decir
muchas veces la palabra “Gracias” con “Ser agradecido”.
Desde
pequeños, nos educan a dar las gracias por cada acción que se recibe, te abren
la puerta y das las gracias, te ponen la comida y das las gracias. Si tus
padres te han dado una buena educación, te han enseñado a usar la palabra
Gracias como reacción instintiva. Eso esta bien, ser educado, esta muy bien,
pero la usamos demasiadas veces por costumbre, porque es lo correcto, pero esta
vacía de contenido, es la palabra correcta y ya está.
Ser agradecido, es algo muy
diferente, es un sentimiento, es algo que crece por dentro cuando te das cuenta
que alguien ha hecho un esfuerzo por ti.
Mucha gente usa la palabra
Gracias para no deber nada a nadie, con pronunciar esta palabra, la supuesta
deuda, queda saldada y no hace falta volver a pensar en ello. Para cosas
pequeñas o eventuales, esta claro que basta, pero muchas de esas pequeñas
acciones, hechas por la misma persona y desde el corazón, deberían despertar
algo mas en la persona que lo recibe.
El que hace la acción,
seguramente lo hace por instinto, porque le sale de dentro, pero ....
¿Que pasa
con el que recibe esas acciones?
Vivimos en una sociedad
bastante escasa de valores, educamos a que todo es debido, que cada ser humano
tiene muchos derechos, pero muy pocas obligaciones.
Educamos a la
individualidad, a pensar en uno mismo y a no preocuparse mas que por sus
propios intereses. Educamos y educamos, pero el legado es de dudosa
consistencia.
Hemos creado una sociedad
de “Autistas” gente que comparte un espacio con otra gente, pero no saben nada
del que esta a su lado, y la verdad es que no le importa nada saber si esa
persona esta bien o mal, si es feliz o si necesita ayuda.
Una sociedad efímera, donde
la gente esta sujeta a la misma obsolescencia que se dice tiene la tecnología
actual. Todo el mundo es prescindible, puede que te falte durante un breve
lapso de tiempo, y luego pasa al olvido.
Esa falta de
reciprocidad, para mi, la da la falta de esos valores, esos que se van fraguando día
a día, con esas pequeñas acciones que te vinculan a alguien.
Esta sociedad ha creado
seres humanos, con escudo “Anti otros seres humanos”, personas
impermeables a esas pequeñas acciones, que de ser vistas y apreciadas, nos
harían surgir sentimientos, reacciones y con ellas relaciones. Hoy en día se
habla mucho de relaciones humanas, pero en el fondo se huye de ellas.
Todo lo que nos rodea es un
gran escudo para fingir que tenemos un entorno de personas e intereses, pero la
verdad es que la sociedad es un gran montón de personas solitarias, que
disimulan y temen dejarse conocer.
Nuestros abuelos creaban
esos vínculos en el día a día, cuando decían “Esa es una buena persona”, no se
referían a cuanto se había gastado en alguien, eran acciones diarias que
dejaban huella en cuantos le rodeaban. Hoy, se valora la gente en función de su
dinero o sus títulos, pero pocas veces sus acciones.
Desde hace unos años se ha
puesto de moda hablar de “Educación emocional”, esta claro que es, una de las
carencias mas importantes del ser humano actual.
Ser agradecido, se puede
incluir en ese Pack de valores que faltan, y que se deben trabajar desde la mas
tierna infancia.
Cuando alguien hace algo,
nos deberíamos preguntar entre otras cosas:
-
¿Esta obligado?
-
¿Le ha supuesto un esfuerzo?
-
¿Porque a mi?
-
¿He hecho algo para merecer esa atención?
Esta claro que al principio
la respuesta será “Da igual” o “El/Ella es así”, pero igual que en el anuncio
de trafico, en el que la niña se sorprende porque el Padre da las gracias al
coche por parar, el que analiza esas acciones, poco a poco verá o mejor dicho,
se dará cuenta, que cada acción tiene un valor.
Cada acción es importante,
y muchas pequeñas acciones tienen un valor.
Cuando esas pequeñas cosas
son negativas, se dice una frase muy común “Es la gota que ha colmado el vaso”,
¿Porque recordamos y le damos importancia a las cosas malas y no a las buenas?
Yo creo que es un fallo de
la educación que se da actualmente, todo lo malo persiste, lo bueno pasa
desapercibido. Hay mucha gente buena, pero nos gusta mas darle importancia a
las cosas malas. Para mi, el verdadero valor de la vida, es tener una huchita
llena de esos momentos que te llenan el corazón. La verdadera pobreza no es la
falta de dinero, si no, de esos detalles, y la verdadera soledad, es no tener a
nadie con quien crear esos vínculos.
Cada día haceros estas
preguntas:
-
¿He hecho algo por alguien?
-
¿Han hecho algo por mi?
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