Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



sábado, 2 de abril de 2016

EL PAJARO LOCUELO


Este es uno de los cuentos que escribí hace unos años, en Octubre del 2012. Habla de la intolerancia, de como algunas personas tienen la mente tan cerrada, que rechazan todo lo que es diferente, espero que os guste.

 

EL PAJARO LOCUELO

Rosemary Cocchiglia Gambini

 

Cada mañana a lo lejos se oía un bello murmullo, por la lejanía no era fácil saber que clase de sonido era pero sonaba como el canto de una sirena.

Los habitantes de la aldea cada vez tenían mas curiosidad, habitualmente era un paraje tranquilo,  cerca del pueblecito se abría un desfiladero que les ofrecía unas vistas de cuento, en el fondo el intenso follaje del bosque parecía una gran alfombra verde que se teñía de colores con los cambios de estación. La paz y la tranquilidad era la tónica habitual de la vida cotidiana, hasta que una mañana, los vecinos se despertaron con un extraño cántico que les llegaba del bosque. Unos lo atribuían al viento, otros pensaron en algún alma, un fantasma retenido en el paraje que vagaba cantando cada amanecer.

La realidad era que nadie se había atrevido a bajar al bosque para comprobar que era ese sonido tan dulce y alegre. Las especulaciones eran infinitas, cada uno tenía su propia teoría, pero un poco por pereza y un poco por el miedo a esas historias que se contaban nadie quería ser el primero en dar el paso y saber la verdad.

Pitu, una pequeña niña de grandes ojos marrones y coletas rojizas, estaba fascinada por ese canto alegre que le venía a lo lejos, ella no tenía miedo a los fantasmas, su corta edad le daba ese toque de inconsciencia que la hacía ser atrevida y casi temeraria. Una mañana, se había despertado muy temprano, en el cielo todavía había estrellas y una inmensa luna llena que iluminaba el camino. Pitu miraba por la ventana esperando oír ese maravilloso sonido, pero cada vez estaba mas impaciente y de repente pensó, “Este es el día”, porque esperar si se podía acercar a ver de donde salía ese maravilloso cántico.

 
Dicho y hecho, no lo dudo, equipada con una pequeña mochila, en la que puso unos bizcochos, se encaminó hacia el horizonte.

El sendero que bajaba al barranco era escarpado, pero Pitu lo conocía muy bien, había jugado en él toda su corta vida, y a pesar de la oscuridad, lo bajó en un santiamén. Al final del sendero empezaba el bosque, era un entorno abrupto y frondoso que ella nunca se había atrevido a explorar. Las dudas asaltaron a la pequeña Pitu, que empezó a ver monstruos en cada sombra y dragones en cada rama. La niña estaba a punto de dar la vuelta y regresar a casa, cuando el sol asomó sobre los picos de las montañas, esos primeros rayos de luz parecían hacer huir a los dragones que se volvían bellas flores y ramas frondosas. De repente unas notas empezaron a sonar, era un silbido como si alguien tarareara algo, pero era alegre e irresistible. Los miedos de Pitu habían desaparecido y en su cabecita solo había esa idea, la de saber quien hacía esa música tan bonita.

Siguiendo la melodía la niña avanzaba entre las ramas, ya no había sendero pero eso no la frenaba, la melodía era cada vez mas fuerte e irresistible, un paso tras otro se iba acercando e ese precioso sonido hasta que detrás de unas matas pudo ver un claro, medio escondida se asomó, algo le decía que ese era el origen del sonido.



Los grandes ojos de Pitu se hicieron aun mas grandes, no podía creer lo que estaba viendo, el origen de esa bella canción era un gran pájaro. Un inmensa ave que saltaba y corría por el claro lanzando al aire unos sonidos, que repetidos por el eco, daban lugar a ese precioso cántico. En su plumaje se podían ver plumas azules, verdes, rojas y casi todos los colores del arco iris, una inmensa cola con largas plumas, le seguía dando un toque muy especial a sus movimientos, el saltaba a la pata coja como si jugara a la pídola y entrelazaba sus patas como un gran bailarín, sus movimientos eran erráticos y rítmicos giraba y saltaba, todo menos volar. El ave parecía feliz y esa felicidad era contagiosa, su conducta era muy rara, nada convencional y desde luego no era lo que se hubiese esperado de un pájaro, pero estaba claro que él no lo sabía y eso hacía que se sintiese bien, esa era su vida, no conocía ninguna otra, nadie le había dicho nunca que los pájaros no se comportan de ese modo.

La niña llevada por esa alegría salió de su escondite, quería unirse a la fiesta, pero su presencia consiguió el efecto contrario, el ave sorprendida se asustó, su cántico cesó de golpe y escapó entre la maleza. Pitu se sintió muy mal, ero como si le hubiese roto el plato favorito a su mama, no era lo que ella quería, desde luego, no le quería hacer ningún daño, solo quería ser su amiga. La niña compungida, sentía que debía hacer algo para que ese precioso ser supiese que ella era una amiga. Recordó los bizcochos que llevaba en la mochila, sería una ofrenda de paz, no sabía si los pájaros comen bizcochos, pero merecía la pena intentarlo.

Temerosa Pitu dejó uno de los panes en el centro de la explanada y se apartó. Unos minutos mas tarde notó como se acercaba alguien, llevado por el aroma de los dulces, el pájaro había regresado, los dos se miraban sin atreverse a hacer ningún movimiento, era una situación tensa, era evidente que ambos sentían curiosidad, pero con una tensa cautela que estaba desesperando a Pitu. La niña en un nuevo intento de acercamiento, empezó a tararear esa melodía que había escuchado tantas mañanas, tal vez ese era el idioma del ave, algo tan bonito no podía ser malo. El pájaro sorprendido se unió al cántico, sus patas empezaron a moverse y sin ser muy consciente de lo que hacía se acercó a la niña, algo en su interior le hizo confiar en ella, él sabía que no le haría daño y poco a poco, toda esa desconfianza inicial, se fue volviendo curiosidad.

Ese fue el comienzo de una gran amistad, Pitu cada día al amanecer, se acercaba al bosque a ver a su amigo con el que cantaba y bailaba despreocupada.

Tanto paseo de la niña, empezó a levantar habladurías en el pueblo, todos se preguntaban donde iría cada mañana y sobre todo, como sus padres no decían nada. Era una niña pequeña que cada día se alejaba sola, y si le pasaba algo.

Pitu había contado en casa su secreto, su familia la había acompañado al bosque y habían conocido a ese ser tan especial, ye eran muchos los que cada día se acercaban a la explanada para contagiarse de la energía de ese extraño ave que habían empezado a llamar “El pájaro Locuelo”, pero temían que las personas menos flexibles del pueblo, no entendieran la conducta de esa extraña ave. Un pájaro que en vez de volar salta, brinca y baila y en vez de piar, canta, es un bicho muy raro para cualquiera, que pasaría si esas personas intolerantes llegaban a saber de su existencia.
 

Los habitantes de la aldea se dividieron en dos bandos los que chismorreaban y hacían preguntas mordaces y los que, a escondidas, se unían al ave y danzaban felices todas las mañanas. Era un secreto a voces, cada día, una persona mas se unía a esa fiesta improvisada del bosque, todos eran personas de buen corazón y eso hacía que el pájaro locuelo les aceptara de buen grado, pero ya eran demasiados y mantener el secreto se hizo imposible.

La noticia llegó a oídos del alcalde, un hombre serio y poco amigo de fiestas. Uno se los vecinos, le había contado que en el bosque había un extraño personaje con una conducta mas que rara que rayaba la locura. No se si ese calificativo se puede aplicar a un ave, y menos a un ser feliz, que solo por tener una conducta diferente, llama la atención, pero esa palabra hizo que saltaran todas las alertas del pueblo. La gente ni siquiera sabía que estaban hablando de un pájaro solo sabían que había un loco en el pueblo. ¡Quien sabe que peligros les acechaban!, ¡Quien sabe si ese ser les traería la ruina!, el clamor popular iba en aumento, eran cuatro vecinas, cuatro urracas que solo querían malmeter, pero era suficiente para que el alcalde decidiera actuar.

¡Semejante criatura en su pueblo! Una de dos, o la tenía que prohibir o sacaría algún partido económico de esa situación, pero estaba claro que no se podía mantener al margen.

El alcalde reunió sus tropas, y a la mañana siguiente se encaminó al bosque, sabía donde buscar, bastaba con seguir la senda que tras semanas de idas y venidas por el bosque, se había abierto.

Cuando llegaron a la explanada y pudieron ver toda esa gente danzando y cantando entre carcajadas, el alcalde montó en cólera, eso era una bacanal en toda regla y en honor a la ley y a los buenos modales él lo debía impedir. Mandó que rodearan al grupo y que les apresaran a todos. Entre gritos y forcejeos todos los asistentes fueron apresados, hasta el pobre pájaro locuelo que al haber conocido a tantas personas buenas pensó que los guardias también lo eran y un poco llevado por la sorpresa, un poco por su incapacidad de volar, se vio enjaulado en la plaza del pueblo.

Tras el revuelo, las cosas volvieron a la normalidad en la aldea, bailar en el bosque no era ningún delito, por lo que los habitantes del pueblecito regresaron a sus casas sin problemas, pero el pájaro se quedaría enjaulado, un bicho tan raro no podía andar suelto, además sería un buen reclamo para que personas las aldeas cercanas vengan a visitar el pueblecito propietario de semejante prodigio.

El alcalde lo tenía todo claro, no consentiría rarezas en su municipio y ese bicho sería una buena fuente de ingresos.



Los amigos del ave habían protestado y se habían manifestado en contra de la decisión del alcalde, pero quien escucha a una niña y a unos raritos que iban a bailar con un pájaro al bosque. En el pueblo debía reinar la cordura y el alcalde haría que así fuese.

Pitu estaba muy triste, intentaba estar cerca de su amigo Locuelo, pero no la dejaban que se quedase con él y el pájaro cada día estaba mas triste. Ya no se oía ese cántico tan bonito, por las mañanas solo había silencio. Un silencio atronador que solo venía roto por el ruido de las máquinas que empezaban la faena diaria.

El ave nacida libre, no entendía como había llegado a ese horrible lugar, asfalto y barrotes en vez de plantas y naturaleza, eso le pasaba por haber confiado de esos seres a dos patas, que no entienden nada de nada. La pena se fue apoderando del pájaro locuelo, ya no quería comer, solo soñaba con esa libertad que había perdido.

Cada día alguien se ponía delante de la jaula y le gritaba cosas horribles que le hacían sentir mal. Nunca en su vida, se había planteado ser diferente, y además ¿diferente a que?, él era feliz siendo como era, nunca había echado de menos volar, hasta ese horrible día, en el que lo enjaularon. Esa no era vida para un pájaro cantor como él y además, no la quería vivir.

Todo el entorno se estaba contagiando de su pena, ese pájaro que un día llevó a la aldea tanta felicidad, con su energía y ese canto tan contagioso, ahora estaba transmitiendo todo lo contrario. No había ni un sonido, ni un gemido, pero ese silencio era suficiente para saber que las cosas no iban bien.

Poco a poco las plantas del lugar se iban secando, las cosechas no daban frutos y hasta el bosque, ese frondoso bosque lleno de flores se había vuelto un erial. Los niños no aprendían, porque solo pensaban en lo triste que estaría el pobre pájaro, y los adultos estaban desganados todo el día y descuidaban demasiado a menudo sus tareas. La aldea ya no era ese brillante lugar con gente hacendosa y feliz, solo era un pueblecito mas, con personas tristes que sobrevivían como podían.

Pitu ya no podía mas, tenía que hacer algo antes que su amigo el pájaro muriera de pena. Ya había intentado rescatar a su amigo, pero la habían pillado y le había caído una buena reprimenda, pero Pitu sabía que esa era la única solución. La primera en acercarse al ave había sido ella, si no hubiese sido tan curiosa nunca habrían descubierto a su amigo y no hubiese acabado entre rejas. La niña se atormentaba con esa idea y cada día vigilaba y vigilaba la jaula, con la esperanza de encontrar ese momento perfecto para llevar a cabo la fuga.

Una noche oscura, los guardias se habían dormido, ese era el momento, entonces o nunca. La pequeña niña se armó de valor y cortó las cuerdas que retenían al pájaro, el animal atónito ya no entendía nada pero estaba demasiado débil y no era capaz de andar. La niña no podía con ese inmenso pájaro, y por mas que tiraba de él, no conseguía que se moviera.

De repente, cuando menos lo esperaba, una mano la apartó, el corazón de Pitu dio un vuelco, la habían vuelto a pillar, cuando recobró el aliento miró a la jaula, esos humanos, amigos del pájaro Locuelo, que hasta entonces no habían tenido el valor de hacer nada, se habían unido a la niña, entre todos llevaron al pobre pájaro hasta el claro del bosque, le hicieron comer y poco a poco el animal fue recobrando sus fuerzas.

Locuelo estaba hecho un lío, ¿los humanos eran buenos o malos?, esos humanos parecían ser buena gente, pero y los otros, ¿ que les pasaba a los otros?, ¿Por qué se comportaban así?

Casi era de día y si las personas no querían ser descubiertos debían volver a la aldea y a sus tareas, estaba claro que, en cuanto descubriesen la jaula vacía todos esos defensores de la “Vida normal” pondrían el grito en el cielo e intentarían volver a capturar al pájaro Loquillo, pero sus amigos estaban firmemente decididos a impedirlo.

Cuando Loquillo se quedó solo en el bosque, se dirigió al antiguo roble, un anciano y sabio árbol, se podría decir que era el árbol mas viejo del lugar, y le planteó todas esas preguntas que le rondaban por la cabeza. El árbol con la sabiduría que dan los años, escucho todas las quejas de Loquillo.

El Roble asentía con paciencia y comprensión, cuando el pájaro por fin se callo, el roble meditó sus palabras y le dijo:

“Querido amigo, el mundo está lleno de seres de lo mas diferente, es el equilibrio cósmico, unos son buenos otros malos, unos altos otros bajos, unos tienen plumas otros pelos. Amar este mundo es aceptar esas diferencias, no siempre las entenderemos, pero debemos respetarlas. La mayor parte de los seres vivos del mundo, aceptan que otro pueda ser diferente, pero unos pocos, movidos por el miedo a lo desconocido, lo rechazan. Rechazan todo lo que no entienden, esas personas son las mas pobres del universo, su corazón carece de generosidad, y sus mentes son muy chiquititas, no seas como ellos y no los rechaces a priori. Esas personas tan cerradas solo nos deben dar pena, porque en sus vidas nunca sabrán lo que es imaginación, alegría, amor, amistad o felicidad, solo tendrán un vano espejismo de conceptos aprendidos, pero nunca se atreverán a experimentar la libertad que da ser diferente.”

Locuelo era un pájaro muy joven y, la verdad, no entendía muy bien esas palabras. El gran Roble era muy sabio y si lo había dicho sería cierto, pero que podía hacer un pajaruelo como él con ese consejo. ¿Se debía fiar, o no de los humanos?

Locuelo meditó y meditó, los humanos seguían bajando a verle, pero no todos conseguían acercarse a Locuelo, ese pájaro confiado y feliz, había aprendido el significado de la palabra “Precaución”, pero por desgracia, también la palabra “Desconfianza” y eso le tenía todavía mas confuso.

Locuelo había vuelto a su bosque, había vuelto a cantar y a bailar, volvía a ser feliz y poco a poco, esa energía había vuelto a toda la aldea.

El Alcalde y las cuatro Urracas, muy a pesar suyo, tenían a todo el pueblo en contra, y habían decidido aceptar que, desde que ese pajarraco se había marchado, todo iba mejor. Decirlo de esa manera, era mas fácil que admitir que estaban equivocados, pero la verdad era muy distinta.

Las gentes del pueblecito, y desde luego nuestra amiga Pitu, siguieron contagiándose de esa feliz locura que venía del bosque. Cada uno sacó sus propias conclusiones, pero lo que todos tenían claro, era que la vida era mejor de esa manera.

 
Pasaron los años, Locuelo ya no era un polluelo, no era ningún chaval, sus plumas ya no brillaban tanto, pero su canto seguía siendo hermoso. Nunca llegó a entender “lo de los humanos”, porque son tan diferentes unos de otros, pero lo que si sabía, es que había gente buena y que esos seres buenos, estaban camuflados entre la multitud.

Locuelo se había vuelto un pájaro mas sabio y mas cauteloso, pero lo que tenia claro, es que a él le gustaba ser como era, y si las personas decían que era diferente, pues entonces....
¡VIVA SER DIFERENTE!!!!!

 

Escrito por:  Rosemary Cocchiglia (Octubre 2012)

domingo, 20 de marzo de 2016

¿SABES TRABAJAR EN EQUIPO?


 
Si hiciésemos esa pregunta en una encuesta, estoy segura que un 95% de las personas dirían que SI.

¿Como no voy a saber trabajar en equipo? en el cole aprendes a hacer trabajos en equipo, en el bachillerato y en la universidad se hacen trabajos en equipo y en la vida laboral, se supone que es normal, trabajar en equipo.
 
 
Pero ¿Que se entiende por Trabajo en equipo?
Para la mayor parte de la gente este concepto es un reparto de tareas, tu haces esto, yo lo otro y lo juntamos. Las nuevas tecnologías, favorecen esta forma de trabajo, en el que no hay casi contacto entre los miembros del grupo. Si todos cumplen, el engranaje funciona y el trabajo se entrega en fecha. Es un puzle con responsabilidad compartida, es respetable, pero para mi eso no es trabajar en equipo.

Soy una persona muy independiente, desde hace treinta años llevo mi negocio en solitario, mi frase siempre ha sido “Acierte o me equivoque, será mi responsabilidad”, pero con los años y sobre todo con el baile, he aprendido lo que yo entiendo como, trabajo en equipo.

El mundo del baile te ayuda a entender ese concepto. Si trabajas con un grupo de bailarines, debes compartir tiempo con ellos, por mucho que las nuevas tecnologías te permiten grabar una corografía y enviarla por Internet, no hay un buen trabajo si los miembros de un grupo no trabajan juntos, si no sacan tiempo en sus vidas, para compartir unas horas, con esas personas con las que van a bailar. Hay que igualar movimientos, sensaciones, no digamos si la coreografía tiene cogidas, no salen si no practicas con la gente con la que vas a bailar.

El proyecto puede ser en común o dirigido por una persona, peor lo que no es negociable, es que hace falta un tiempo de trabajo en común, para que las cosas salgan bien.

Ese concepto que, en baile es tan evidente, en la sociedad no se ve igual. Cuando propones un proyecto a alguien, esa persona tiene varias opciones, puede decir que no, que no tiene tiempo, puede poner sus condiciones, o puede aceptar y participar en la propuesta. Yo he aprendido que no debo comprometerme a nada que no esté dispuesta a hacer. Con mas o menos esfuerzo, pero mi implicación debe ser real. ¿Porque ese concepto es tan raro en esta sociedad?
 

Lo habitual es que la gente diga a todo que si, tejiendo un entramado de ideas, proyectos y planes con implicaciones múltiples, una verdadera tela de araña que une a esta sociedad, en unos falsos objetivos que, en el fondo, todo el mundo sabe que son puras quimeras.

Yo creo que la gente acepta con tanta facilidad porque ya nadie cree en nadie. La idea colectiva es: “Tu tira para adelante que si sale algo, ya veré si me apunto”
Creo que esa es una postura muy egoísta, yo no me comprometo a aportar nada, y si tu solo, eres capaz de sacar adelante tu proyecto, me apunto como si me hubiese esforzado desde el principio.
 

Hace unos cuantos años, cuando empezaba como empresaria teatral, tuve que trabajar con uno de los peces gordos del mundo de la escena. Fue una persona que me dio la oportunidad de arrancar, y eso siempre se lo agradeceré, pero el precio que tuve que pagar en aquel momento, no se si hoy, sería capaz de aguantar.

Recuerdo estar horas en el pasillo de su oficina, esperando a que apareciera, estaba citada a las diez y se podía presentar fácilmente a la una. Éramos unas cuantas personas entre artistas y empleados de su empresa, que formábamos cola en ese pasillo, cuando se dignaba a aparecer, pasaba con aspecto altivo entre nosotros, en esos escasos segundos que se detenía delante de ti, daba el visto bueno a tu trabajo o tiraba por los suelos semanas de trabajo. No había replicas, ni segundas oportunidades. Si le querías explicar algo, le tenías que acompañar por la calle, donde él fuera o esperar a que hubiera atendido a todos, para que al final te dijera que no tenía tiempo.

Lo recuerdo como algo humillante, nos trataba como cosas a su servicio, no como personas. Hace años que dejé de trabajar con esa persona, precisamente fue ese trato vejatorio, lo que me disuadió a seguir en su empresa.

Mi sorpresa es que unos años después, me encuentro corriendo detrás de los supuestos colaboradores. Personas que se supone que trabajan conmigo, pero que nunca tiene tiempo, para ese trabajo que debíamos hacer juntos.

NO LO ENTIENDO.... yo se que mi sentido de la responsabilidad me hace tirar para adelante, si me he comprometido a hacer algo, con ayuda o sin ella, yo llevo el trabajo a su final. Eso me hace tragar por situaciones absurdas, pero la verdad, no creo que nadie deba mendigar atención, y menos cuando eres tu quien das trabajo.

Yo creo en ese debate constructivo, creo en el intercambio de opiniones donde unas veces debes ceder y otras convencer. Creo en implicarme en lo que estoy haciendo y creo que una buena colaboración, requiere tiempo.

Cuando empiezo a trabajar con alguien suelo ser muy realista, me gusta sopesar pros y contras, capacidades de mi colaborador y desde luego, mi grado de implicación en el proyecto. Una de las primeras cosas que planteo, en esa colaboración, es lo que espero de la persona con la que voy a trabajar, y desde luego, dejo muy claro que hace falta dedicarle tiempo a ese nuevo proyecto.

 
En ese momento, esa persona está en todo su derecho de decidir no participar, de limitar la colaboración o de poner sus condiciones, pero lo que no se puede hacer es prometer sacar ese tiempo, aceptar las condiciones con frases “puedes contar con migo” o peor aún “Si tengo que dejar esto o lo otro, no hay problema”. Esas frases salen por la boca y en ese mismo momento se vuelven humo, esa persona no está realmente dispuesta a nada y con el paso del tiempo compruebas que cualquier otro plan, proyecto o invitación está por encima de esa supuesta colaboración.

Todo el mundo tiene una vida al margen del trabajo, eso es un derecho del ser humano, pero esa vida, no puede estar siempre por delante de las obligaciones. Cada día es mas frecuente que esos momentos de ocio se antepongan a las obligaciones de los nuevos proyectos.

Cuando alguien habla de un proyecto, lo normal, es que aún no se ha cuantificado la ganancia económica que va a suponer. Como no es una nómina, no me siento comprometido.

Por desgracia en esta sociedad de locos, ese es el concepto de colaboración que tiene la gente. Si no se cuanto voy a ganar, no me interesa, pero si sigo en tu equipo y hay algún beneficio, yo me lo apunto.

Yo me pregunto ¿El trabajo en equipo ya no existe? ¿La ilusión por hacer algo, por crear algo, ya no existe? Si es así, entiendo que el arte haya caído en la deriva en la que está.

Durante un tiempo, pensé que era solo yo que ponía mis esperanzas en las personas equivocadas, pero estos años, lo veo continuamente en otra gente con la que no tengo nada que ver. Gente formal y trabajadora, que lucha, con mucho esfuerzo, por sacar adelante sus sueños. Personas que se ven impotentes, cuando les falla la gente con la que colaboran. ¿Que le pasa a esta sociedad, es que dar tu palabra ya no vale nada?


 
Yo siempre he pensado que los bailarines éramos seres privilegiados, que ese aprendizaje tan estricto, al que nos sometían desde pequeñitos, nos daba una capacidad de trabajo y de compromiso superior al de otra gente.

La sociedad ha cambiado, pero en ese cambio se están perdiendo valores, que yo considero básicos.

Si la palabra de las personas no vale nada, tampoco valdrá en las relaciones o en los compromisos. Antes podías hablar con la gente joven y despertar sus conciencias, hacerles entender que algunas cosas son importantes, y que, cumplir sus compromisos, es una de ellas. Hoy en día, en este mundo de hipócritas, tienes una sonrisa, te asienten a todo lo que les dices, y el resultado final es ..... NADA.

Vivimos un mundo de autistas, que se comunican a través de la tecnología y que son incapaces de expresar sentimientos, afectos o compromiso.

 
Yo me pregunto, ¿Que estamos haciendo?, el contacto con otro ser humano es enriquecedor, es necesario para crecer y para aprender a ser mejor persona.

Vivimos en una sociedad donde cada persona se encierra en su propia burbuja, si eres de ese reducido circulo, tienes una oportunidad, si no estás fuera. En los roles sociales, el circulo es lo primero, cualquier cosa que no implique ese circulo está de mas.

Yo creo firmemente, que abrirse a conocer gente nueva es importante, es enriquecedor y es altamente recomendable.

Mucha gente piensa que viajar es conocer gente nueva. No dudo que viajar te hace aprender y ver que, mas allá de tu mundo, hay mucho mas, pero para mi, es una forma de no arriesgarse a nada.

Esa gente se quedará en su país y tu vuelves a tu entorno, no has tenido que arriesgar nada tuyo, en cambio, abrirte a un nuevo equipo, es permitir que gente nueva y cercana, se acerque a ti. Es dejar que alguien entre en tu vida, aunque sea por unas horas. Cada nuevo proyecto te hace vulnerable y a la vez fuerte. Cada vez que trabajas “de verdad” en grupo, aprendes a encontrar ese equilibrio tan difícil, entre lo que tu quieres, y lo que quieren los demás. Aprendes a conocerte un poco mas a ti mismo y aprendes de cuantos te rodean.

Trabajar en equipo es un reto, pero es aleccionador y conseguir que ese proyecto salga adelante, te llena de satisfacción. Entonces.... ¿Es que la sociedad se ha vuelto tan cobarde, que no es capaz de luchar por algo?

 

jueves, 3 de marzo de 2016

BAILES LATINOS UNA ACTIVIDAD MUY RECOMENDABLE



Los Bailes Latinos son una de las actividades, que me gusta recomendar a los adultos que se plantean un ejercicio moderado.
 
Tanto el Baile de Salón como los Bailes Latinos son actividades “Sociales”. Es rara la persona que practica este estilo de baile en solitario, casi siempre se baila en pareja o en grupo. Se practica en clase o en las salas de baile, donde se puede unir la actividad física con la social mientras frecuentas un ambiente de personas que comparten la misma afición.
 
La música Latina es muy peculiar, y está claro, que tiene tantos amantes como detractores, pero a la gente que le gusta este estilo musical, disfruta de la alegría que transmite.
 
Otra ventaja que tienen los Bailes Latinos, es que se pueden practicar con o sin pareja, las clases de Bailes de Salón se suelen estructurar por parejas, pero los Bailes Latinos suelen ser mucho mas libres, las escuelas suelen aceptar alumnos que vienen solos, si quieres bailar con una amiga o con cualquier otra persona, serás aceptado mucho mas fácilmente que en otros estilos de baile.
 
Es un ejercicio muy completo, en el que se moviliza todo el cuerpo. Al bailarse con las rodillas ligeramente flexionadas y manteniendo el ritmo con caderas y costados, tu cuerpo trabajará toda la musculatura de una forma sencilla, agradable y nada estresante.
 
Este tipo de baile, es adecuado para cualquier adulto que desee practicar esta actividad, siendo muy recomendable, en cualquiera de sus modalidades.


La variedad de ritmos, es otro factor importante para elegir este estilo de baile, Merengue, Bachata, Chachacha, Kizomba, Samba, Salsa, Cumbia, Ballenato, y unos cuantos ritmos mas, forman el conjunto que comúnmente llamamos Bailes Latinos.
 
Musicalmente son muy diferenciados, cada estilo de música, está formado por una serie de pautas que crean el ritmo y lo caracteriza. Está claro que el paso de los años, las influencias de oras músicas, y las fusiones, han hecho que la llamada Música Latina, ha evolucionado en el tiempo, dando lugar a sonidos diferentes en cada país.
 
Cualquiera diría ¿Como puede ser eso?, un Merengue es un Merengue, pues si es posible, debemos tener en cuenta que el origen de estos estilos, está en el Folklore de cada país. Los intercambios culturales, junto con la labor de las discográficas, han hecho que cada país desarrollara su propio sonido, manteniendo la estructura musical que caracteriza el ritmo.
 
Con el baile pasa lo mismo, en España tenemos un claro ejemplo con las Sevillans o con las Jotas. Los maestros de cada zona, enseñan estos estilos a su manera. Si comparas una Sevillana de Madrid, con una de Sevilla, las dos mantienen la estructura que la identifica, pero el estilo de baile es muy diferente. Pues, lo mismo pasa con los bailes Latinos, según el país de procedencia o el maestro que lo enseña, el baile evoluciona y cambia, se puede reconocer por el ritmo, pero a veces la forma de bailar es casi irreconocible.


Los Bailes Latinos están de moda, en España, desde principios de los 90. Merengue y Salsa, junto al tan polémico Chachacha, irrumpieron en las salas de baile con fuerza, creando una verdadera oleada de Fans. Proliferaron las escuelas y las Salas de Baile. Las Sevillanas estaban decayendo y muchas de las Salas de Fiestas, que antes ponían música española, pasaron a dedicarse a la Salsa.


Unos años mas tarde apareció en el panorama La Bachata, recuerdo que las primeras músicas que se pusieron de moda, fueron las de Luis Miguel del Amargue, fue toda una revolución musical. Un par de años antes, hubo un intento de lanzar la Lambada, pero era un baile demasiado “Erótico” para que lo pudiera bailar el público en general. La educación Europea no era tan permisiva, en este campo, como la latina y la gente no se animaba a “arrimarse” tanto en público. La llegada de la Bachata vino a solucionar el problema, en muy poco tiempo eclipso a la Lambada, cogiendo dimensiones astronómicas.


La Bachata era diferente, cuatro pasos y un tiempo al aire, junto con una percusión muy característica, esa estructura la hacía diferente y por eso fue aceptada con agrado por el público, ya un poco cansado de los mismos bailes.
 
La Bachata tenía la dosis justa de sensualidad, sin llegar al descaro de la Lambada y al tener un ritmo relativamente tranquilo, no resultaba tan aeróbica y cansante como la Salsa o el Merengue.
 
Fue un verdadero Boom social, donde fueras, oías música de Bachata, todos la bailábamos y en la radio sonaba continuamente. Como todo lo que tiene un pico de popularidad, al cabo de un tiempo decayó dando lugar a otros bailes como la Cumbia o El Samba.

 
A principios del año 2000 parecía que los Bailes Latinos dejaban su lugar al Tango Argentino, la gente ya no los pedía tanto, pero realmente solo era una evolución mas.
 
 
 
El mestizaje entre la Bachata y el Tango, da paso a un nuevo ritmo que está de gran actualidad, La Kuizomba. Baile semi-lento pero con ritmo, métrica muy libre, y un sonido muy pegadizo. La Kizomba se abrió camino en el mercado musical y en las Salas de Baile.

 
 
Simultáneamente llega a España el Reguetón, baile de ritmo latino, pero con la misma problemática que la Lambada, exceso de descaro, por eso no encuentra cabida en las Salas de Latino. El Reguetón irrumpe entre la gente joven, dando lugar a una nueva tendencia paralela, un baile entre el “Perreo” y el Moderno, donde los aficionados a este estilo, dan rienda suelta a sus instintos.


 
La música Latina es muy variada y dinámica, por lo que ha sido adoptada por otros estilos de baile como el Zumba o el Latino Dance, el ritmo es pegadizo, pero también tiene sus detractores.
 
 
Si os fijáis en las letras de casi todas las canciones de músicas latinas, el contenido de los textos es muy Machista. La componente sexual es descarada, pero el enfoque de casi todas las letras, es un claro “Manifiesto” machista. Eso ha hecho que mucha gente se cansara y dejara de escuchar este tipo de músicas. Reconozco que a mi también me molestan algunas letras que, por mucho que me plantee su procedencia y las connotaciones culturales, no dejan de ser desagradables.
 
Dejando a un lado las temáticas de las canciones, debo reconocer que es un tipo de baile que me gusta, creo que es divertido, asequible a todas las edades y un buen modo de hacer ejercicio a la vez que te relacionas con los demás.


Como os dije al principio de este articulo, los Bailes Latinos, son un estilo muy recomendable, para cualquier adulto que desee hacer ejercicio y divertirse bailando ritmos contagios y muy populares.
 
GAMBINI ESTUDIO DE DANZA
C/ Alcalde Sainz de Baranda 52 - Madrid
 

martes, 1 de marzo de 2016

LA DANZA PARA LOS NIÑOS

El baile es una actividades muy recomendables a cualquier edad. Hace años eran raras las niñas que no iban a baile, se decía que la danza aportaba armonía a los movimientos, les enseñaba disciplina, sentido de la responsabilidad, sentido del ritmo, coordinación y un sin fin mas de beneficios.
 
 
Durante años las escuelas estuvieron llenas de niñas con moñito que soñaban con ser artistas.  La que no deseaba ser bailarina de Ballet quería bailar Danza española, pero su sueño era bailar.
 
 
Casi todas las escuelas nos dedicábamos a preparar algún tipo de examen de Danza. Era algo muy positivo, no porque realmente las niñas fuesen a acabar siendo bailarinas, si no, porque era un incentivo para hacer un buen trabajo, y para los niños, era una forma de hacerles aceptar esa disciplina, que conllevaba la actividad.
 
 
Era un modelo social diferente donde ser artista no era bien visto, pero se reconocían los beneficios de una formación artística.
 
 
Poco a poco la actividad se fue abriendo a los chicos, sexo masculino, y con ellos, vino una autentica revolución. Hasta ese momento eran pocos los chicos que bailaban, los pocos que lo hacían debían luchar contra los estereotipos sociales y las criticas y burlas de sus compañeros y amigos.
 
 
Era una verdadera paradoja si pensamos que, en una sociedad, en aquel entonces, bastante machista, las grandes figuras de la Danza eran casi siempre hombres.
 
 
Los que tenemos escuelas sabemos que los profesores tienen un gancho especial, formar a un bailarín siempre es mas fácil y satisfactorio, que intentar lanzar a una bailarina. Entonces .... ¿Porque ese rechazo a los hombres que bailan? Yo creo que eran mitos sociales, el bailarín era asociado a la homosexualidad, por eso se rechazaba la idea de un hijo bailarín. Ese estereotipo todavía hoy planea sobre algunas familias, pero por suerte la sociedad se va dando cada vez mas cuenta que la sexualidad no depende de hacer demipies o piruetas, es una opción personal y por mas Karate y Judo que se haga no va a cambiar.
 
 
El cambio social, las nuevas influencias musicales y desde luego, los medios de comunicación, abrieron el camino a nuevos estilos de danza como el baile moderno, en todas sus variedades. Surgieron en las academias nuevos estilos de danza algo menos regladas, que invadieron el mercado, desplazando al ballet y a la danza española.

 
Los cambios sociales han hecho que la danza se vea con otros ojos, ya no se plantea como una actividad didáctica en el mas amplio sentido de la palabra. Las clases de baile de alguna manera se han vuelto un aparcaniños, igual que las actividades extraescolares, las familias utilizan estas clases para tener a sus hijos ocupados el mayor numero de horas posible.
 
 
Las familias, cada vez mas estresadas, han desenfocado algunos valores implícitos en las clases de danza, si el niñ@ está entretenido es suficiente. Personalmente no creo que esa forma de pensar sea positiva.
 
 
El cambio social, en todos los ámbitos de la sociedad, ha llevado a esa evolución, menos reglas, menos presión, menos estrés. O por lo menos, es como se nos ha vendido, y las escuelas, nos hemos tenido que adaptar a esas normas de convivencia, abrir clases light donde los niños juegan se divierten y a malas penas, logras enseñarles algo.
 
Cada edad tiene sus necesidades, el desarrollo emocional y físico del niño tiene sus pautas, eso es innegable, pero ese poco de disciplina y seriedad que se aprendía en el baile, no creo que fuera algo malo. El niño tiene que divertirse, pero también en su etapa de aprendizaje, se tiene que enfrentar a retos, algunas veces a la frustración y el deber de los padres y de los maestros, es ayudarles en esa travesía, que se de cuenta que algo difícil debe ser un reto de superación, no algo imposible que, ante el mínimo escolio, algo a abandonar.
 
 
Cada semana, oigo los mismos comentarios a esos papas abnegados que solo desean lo mejor para sus hijos, esto no es como el cole, no es obligatorio, si no quiere que no lo haga, o peor todavía, que decida él o ella si le apetece, porque claro, esto no es el cole, no es obligatorio. Estamos hablando de niños y niñas de una cortísima edad con poder de decisión en sus familias. Niños que son conscientes de su poder y manejan a su antojo la situación.
 
 
Está claro que el baile debe ser divertido, como os decía en mi anterior artículo, una mala experiencia puede hacer que alguien odie bailar para siempre, pero para eso deben ser los padres los que tomen cartas en el asunto, aprendan unas sencillas reglas de evaluación, a la hora de elegir la actividad que mas conviene a sus hijos, y luego se mantengan firmes en su elección.
 
 
El concepto de “compromiso”, si has empezado algo acábalo, creo que es algo positivo que hay que rescatar como uno de los valores bandera de esta sociedad en la que todo vale.
 
 
No me voy a enrollar mas con mis reflexiones sociales. En este artículo, os quiero dar unas sencillas pautas para que a la hora de elegir la actividad de vuestros chavales acertéis y pueda ser algo beneficioso.
 
Como siempre que se inicia una actividad hay que tener en cuenta varios factores:
 
 
 
¿QUE EDAD TIENE EL NIÑO O LA NIÑA?
 
Debemos tener en cuenta cual es nuestra edad, a la hora de elegir nuestro estilo de danza, porque la movilidad y la resistencia física varía a lo largo de nuestra vida.

 
Los niños entre 3 y 5 años deben fomentar la psicomotricidad, la orientación espacial y el sentido del ritmo.
Las pautas de desarrollo, en la primera etapa de la vida, son unisex, niños y niñas tienen las mismas necesidades a nivel ritmo, coordinación, orientación espacial y dinámicas sociales (Como relacionarse con otros niños). No os confundáis, no digo que todos los niños sean iguales, cada niño es un mundo, hablo de sus necesidades de evolución.
 
 
El aprendizaje de la danza debe ser hecho a través de juegos e historias. Debe ser divertido y desarrollar la imaginación del niño, a la vez que se le están dando pautas de movimiento.
 
 
No todos los profesores saben trabajar con niños tan pequeños, es un trabajo mas de pedagogos que de bailarines, por lo que es necesario seleccionar bien, a la persona que está con nuestros hijos.
 
Entre los 6 y los 8 años se sientan las bases para las actividades de adulto. Hacer que en esa etapa, el niño coja gusto por la danza, hará que siga bailando. Se debe cuidar especialmente la elección de la actividad en esa etapa de la vida, puesto que el niño ya empieza a definir sus preferencias. Físicamente aun no se le debe enfrentar a una disciplina estricta, pero ya pasó la etapa de “solo juegos”, es uno de los períodos mas difíciles, puesto que los niños se cansan con frecuencia y no es fácil que sigan bailando en esa etapa.
 
 
Los niños a partir de los 5 años entran en la fase de “pruebo a mis padres”, el desafío es constante y en todos los ámbitos de la vida, las actividades no son exentas de ese reto.
 
 
Ese es el momento de la famosa frase “Me quiero desapuntar”, si los padres están seguros de la

actividad que han elegido, es el momento de la disciplina “Te has comprometido, tienes que acabar el curso”. En un 90% de los casos esa oposición inicial a ir a clase, desaparece al ver que la presión no surte efecto. Es normal que los niños prefieran estar jugando, en el parque o viendo la tele antes de hacer algo que les supone un esfuerzo, pero creo que es el deber de los padres, hacer que no sean niños sedentarios y que para su futura vida, prefieran el ejercicio físico a los videojuegos o el móvil.
Es una época de ensayo y error, deberán descubrirse a si mismos, pero la libertad total de tomar o dejar cualquier cosa no es nada buena. En esta etapa de la vida se graban a fuego en nuestro cerebro las pautas de lo que mas adelante serán nuestros frenos inhibidores, esas cosas que se aprenden en casa de pequeños y nos acompañan toda la vida. El baile debe ser un refuerzo positivo a ese aprendizaje, no una pauta mas de descontrol.
 
A partir de los 9 años se abre un abanico mucho mas amplio de estilos de baile, que igual que para los adultos, varía según el carácter del niño o la niña.
 
 
Es otra etapa de continuos cambios, la pubertad es un momento de revolución hormonal que llega a las niñas antes que a los niños, pero que nadie se libra.
 
 
Los amigos tiran mucho y a los chicos les apetece mas salir que ir a clase. Las academias se vuelven una especie de club social, si haces amigos vas a clase, si no lo dejas.
 
 
Eso es ley de vida, en la profesión siempre se ha dicho que si logras que un alumno se enganche a bailar antes de los catorce, esa persona tiene una posibilidad de continuar, si no lo dejará irremediablemente.
 
Los estudios, las presiones sociales, primeros noviazgos y una gran dosis de vaguearía asociada a la edad, harán que las aficiones se pongan en duda y muchos chicos deciden dejar el baile.
 

NUEVAS TENDENCIAS, UN PELIGRO POTENCIAL

 
Estos últimos años han surgido una infinidad de nuevos estilos de danza, sobre todo en el baile Moderno.
 
 
Al Funky, le han seguido el Hip Hop, Lookig, Popping y Break Dance, estos últimos años han cogido fuerza el Vogue, Dancehool, Reguetón y recientemente el Twerking.
 


La influencia de los medios de comunicación y las redes sociales, han hecho que estilos de baile de dudosa moralidad, sean asequible a niños y niñas demasiado jóvenes.
 
 
Estamos viviendo una sociedad en la que todo vale, hablar de moralidad es criticado, pero yo, es un termino que defiendo, no por ninguna tendencia religiosa, si no como una defensa del menor.
 
 
 
En esa edad adolescente, donde las hormonas andan revolucionadas y el único deseo es la experimentación, los docentes, somos una parte importante a la hora de crear esos límites éticos, de definir lo que está bien o está mal.
 
 
En las escuelas, llevan algunos años pidiendo clases de Pooldance, Dancehool y Twerkin, lo malo es que no lo piden solo adultos, nos lo piden niñas que acaban de nacer.
 
 
Personalmente, no veo bien ese tipo de actividades en chavalines tan pequeños.
 
 
A muchos padres, los nombres de estilos de baile que estoy escribiendo, les sonarán a chino, es normal, son estilos nuevos que se están imponiendo en los últimos años, pero es importante que los padres conozcan estos nombres y sepan donde se meten sus hijos.
 
 
Este articulo ya es muy largo, y hablar de cada una de estas modalidades, sería interminable, así que les invito a leer los siguientes artículos donde iré analizando estilos de baile, entre otros, estas nuevas tendencias, y así podréis juzgar por vosotros mismos, que es a adecuado o no, para vuestros hijos.
 
 
No me mal interpretéis, el baile moderno tiene cosas muy buenas, pero cada estilo de baile es para una edad y un contexto, los niños no deben tener acceso a cosas que no van con su edad. Yo creo que hay que dejar que los chicos y chicas tengan infancia y adolescencia, los cambios sociales hacen que tengan acceso a mucha información, pero está en manos de los padres y profesores decir:
 

NO ESTO NO ES PARA TI, CUANDO SEAS MAS MAYOR YA VEREMOS