Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



miércoles, 25 de noviembre de 2015

BECAS DE DANZA – ¿MARKETING O UNA OPORTUNIDAD?




La palabra Beca se asocia generalmente con dinero. Cuando alguien recibe una Beca piensa en recibir una cantidad económica, generalmente para invertirlo en algo, formación, producción, investigación y demás conceptos. Eso es así y es inevitable esa asociación mental, pero últimamente la palabra Beca, se ha asociado a una forma de promoción empresarial.

Históricamente el concepto de Beca era interpretado como una ayuda pera la formación, poco a poco se fue ampliando el concepto, se incluyeron proyectos que lo merecieran, lo que antes se llamaban Subvenciones. Hoy en día esos dos términos se confunden bastante, la diferencia entre Beca y Subvención es bastante ambigua, pero sigue teniendo una fuerte base económica.

En la Danza, durante generaciones, las becas permitían a los estudiantes desplazarse a los lugares donde estaban los mejores maestros para su formación. Era una oportunidad deseada, por la que el aspirante luchaba y se esforzaba. Solo los mejores, las personas mas abnegadas y que demostraban su interés, recibían ese tipo de Becas. Grandes figuras de la Danza han podido estudiar gracias a recibir ese tipo de ayudas, a las que no se les daba una gran publicidad. A diferencia de otras becas, universitarias o estatales, los becados debían dirigirse a los centros para los cuales optaban, para ser evaluados y aceptados. Era un proceso, muchas veces desconocido, al que optaban unos pocos.

En Gambini empezamos a dar becas de Danza en el año 1990, en aquel momento estaban orientadas a fomentar la danza entre los bailarines masculinos. Era una generación en la que casi todas las chicas practicaban algún tipo de actividad de danza, pero bailar estaba mal visto para los hombres. A veces era la oposición familiar, otras el entorno de los amigos, la verdad era que los chicos que acudían a las escuelas eran una minoría y que casi lo hacían a escondidas, muchas veces con serias dificultades para poderse pagar las clases.

Los alumnos Becados tomaban clases en el centro y optaban a poderse incorporar al Ballet Español Gambini, la compañía que gestionábamos en aquel momento.

Varias figuras y profesionales que actualmente ejercen como bailarines o corógrafos, salieron de nuestras aulas.

Con el paso de los años y la evolución de estilos y gustos, las becas también cambiaron, en Gambini, se incorporaron a las becas también las chicas y se trabajó para que nuestros alumnos se pudieran introducir en un mercado laboral, que todavía era emergente.

Otro de los sectores, en los cuales Gambini ha trabajado desde su apertura en 1987, es en la formación de Maestros de Baile. Ha sido una labor mas privada, que generalmente no se hacía pública, a lo largo de estos casi treinta años, yo personalmente, he formado a muchos de los maestros que hoy en día imparten sus clases, enseñándoles mis técnicas docentes, algunas veces innovadoras, con las que actualmente se, que se ganan la vida muy honrosamente. Es una generación de Bailarines que confiaron en mi criterio y mi experiencia y se dejaron guiar, alcanzando cualidades docentes de las que me siento muy orgullosa.

 
Algunas veces he estado fuera de las aulas observando y oyendo a mis discípulos dar clase, de repente oía algo que captaba mi atención, era una frase, o una forma de explicar que me hacía prestar mas atención, con otra voz, era “yo” dando esas explicaciones. Me daba cuenta que mis enseñanzas habían llegado y que esa persona, estaba transmitiendo esos conocimientos de la misma manera en la que yo se los había enseñado. Ese era un momento de muchísimo orgullo. Todos mis esfuerzos habían servido para algo.

Tengo en el recuerdo momentos entrañables y personas, que a pesar de la distancia, recuerdo con cariño y también de personas que, a pesar de haber aprendido a mi lado, me han borrado de sus vidas, todo lo que les he enseñado llegó a ellos quien sabe de donde, son mis movimientos, mis métodos y mis conceptos, pero niegan haber aprendido nada de mi.

 
Para no desviarnos del tema principal, las becas, debo decir que es un concepto que en nuestros días, considero muy ambiguo. Esa idea inicial de fomentar el aprendizaje, se ha convertido en una campaña publicitaria. Reconozco que es información pública y que en la sociedad que vivimos, Internet, redes sociales y demás, la repercusión mediática no solo es inevitable, si no, es buscada, pero no puede ni debe ser el único motivo por el que se creen unas becas.

Hace cuatro o cinco años éramos muy pocas las escuelas que dábamos Becas de Danza, recuerdo en el 2011 cuando en Gambini creamos el curso de formación, dándole formato de beca, fui criticada, porque se decía que echábamos a perder el mercado dando clases gratuitas, el concepto no era ese, pero en fin, muy poco después, la mitad de las escuelas sacaron su publicidad, con becas de danza.

Hoy es casi obligado tener alumnos becados en las escuelas, como si eso fuese una necesidad, enseñar es una vocación, no una campaña publicitaria.

Las escuelas con aulas grandes lo tienen fácil, les da igual diez que doce alumnos en sus clases y la repercusión mediática, es siempre mas barata que cualquier otro tipo de campaña.

Yo creo que dar una beca es una responsabilidad, tanto para la escuela que se compromete a enseñar y a labrar un futuro para el becado, como para el alumno, que asume compromisos hacia el centro y hacia él mismo.

 
En una sociedad donde “Todo vale”, donde un niño de cuatro años tiene poder de decisión, donde los padres no enseñan el concepto de compromiso, si no el de conveniencia, ¿Cómo se puede esperar de los alumnos ese grado de compromiso? pues yo en Gambini lo espero.

Para mi conceder una Beca, es algo mas que dar unas clases gratis, es mi compromiso personal de darle algo mío a esa persona. Tengo una escuela que en su momento estuvo bien, pero para las nuevas generaciones, se ha quedado pequeña. Limito mucho el numero de alumnos por aula y para los becados, debo tener horarios especiales. Horas de mi centro que no puedo vender ni ganar dinero con ellas, necesito comer como cualquiera, pero siempre he reservado un espacio en mi escuela, para luchar a mi manera, por la gente que se quiere labrar un futuro en la danza.

Esas clases tienen un valor especial para mi, es mi oportunidad de transmitir esos conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de mi carrera y de dar continuidad a mi estilo de trabajo, en personas que deben querer aprender y hacer suyos mis conocimientos. La confianza es la clave de ese trabajo, a veces rompo los esquemas de quien estudia con migo, tengo una visión muy mía del baile, pero está mas que demostrado que las personas que me han escuchado, han aprendido.

 
Ese compromiso debe ser reciproco, para mi un becado no debe ser un oportunista que vea la posibilidad de esas clases gratis, si no alguien que me de ese voto de confianza, alguien que ame el baile tanto como yo, que esté dispuesto a esforzarse por ese proyecto común. Alguien que se comprometa a usar esos conocimientos en su vida. Sin esos compromisos, las clases serán una perdida de tiempo.

Me he llevado muchas decepciones en mi vida, gente en la que he confiado y me han fallado por uno u otro motivo, pero eso no me ha hecho cambiar mi visión de la vida, sigo creyendo que esas personas en las que he confiado, han recibido un poquito de mi corazón y que algún día, a solas, cuando nadie les oiga, dirán esa fue Rosemary, yo aprendí esto o lo otro de ella, y de alguna manera, yo seguiré viva en sus mentes. Los que en ningún momento tienen esos pensamientos, son mis verdaderos fracasos, para los demás dejo un lugar en mi corazón.

Para mi, las becas de Danza, no deben ser Marketing ni un negocio, son una forma de vida, de intercambio de experiencias enriquecedor. Un esfuerzo inmenso que merece la pena, cuando ves los resultados en tus alumnos.

Como decía antes, en una sociedad donde la palabra “Compromiso” está en desuso, es difícil encontrar alumnos con ganas de aprender. Todo el mundo quiere aprender rápido y ganar dinero lo antes posible. Un buen bailarín no se hace de la noche a la mañana, bailar lo puede hacer cualquiera, ser un buen profesional de la danza, es una larga y difícil tarea que no se logra de hoy para mañana.

Casi todo el que baila, en algún momento, acaricia la idea de dedicarse a este oficio, pero no está al alcance de todos. Se debe luchar mucho con el entorno social, tus propias limitaciones, las dificultades laborales, todo para alcanzar algo que en mi opinión no es una elección, es una vocación. Si te puedes preguntar ¿Elijo la danza o hago otra cosa?, es que no has sentido el baile en tus venas. Si de verdad el Baile es tu vida, nunca serás feliz haciendo otra cosa, podrás cambiar de oficio por necesidad, pero sabrás que no estás haciendo lo que tu corazón te pide.

Cuando estamos fomentando entre los jóvenes, que con un par de cursos intensivos, son ya bailarines o maestros, estamos haciendo un flaco favor a la profesión. Estamos creando una generación efímera, que solo ve la ganancia económica detrás de los pasos de baile. Es “Pan para hoy y hambre para mañana” esa gente vende una imagen, eres joven y guapo, estás a la moda y con buen rollito, eres un profesional.

Para mi eso no es ser un profesional, es ser producto del marketing, es explotar la imagen juvenil igual que un modelo o ese actor del que nunca mas se supo. Es una forma fácil de ganar dinero, tanto para las escuelas, como para esas victimas de la sociedad de consumo.

Los profesores y las escuelas que ofrecemos becas o que incentivamos a nuestros alumnos a ser profesionales de la danza, asumimos una gran responsabilidad, en nuestras manos está el futuro de esas personas, debemos ser honestos por encima de intereses económicos, y animar solo a aquellos que, de verdad, valen para este difícil mundillo.

Hace poco yo he perdido a alguien importante en mi vida precisamente por intentar enseñar esta lección. Yo me expreso mucho con imágenes y después de haberle intentado transmitir durante meses, que debía aprender más, recurrí a uno de esos montajes, unos billetes transparentes que simbolizaban su afán de dinero, le separaban de mi. Ese fue el final. El bombardeo de propuestas efímeras, era demasiado fuerte y yo simbolizaba una vida de esfuerzo, lucha y responsabilidad. Se que algún día se arrepentirá de no haberme escuchado, pero de momento su orgullo le ha hecho tomar decisiones. Siento muchísima pena, pero no me arrepiento, un bailarín debe estar bien formado, para que cuando sea mayor, se pueda ganar la vida. Es lo que siempre he dicho y lo mantengo.

 

SEÑORES DE LAS ACADEMIAS DE BAILE, PROFESORES EN GENERAL, NO JUGUEMOS CON EL FUTURO DE NUESTROS ALUMNOS.

 
Si no estáis dispuestos a sumir un verdadero compromiso de formación, por favor, ganaros la vida de otra manera, no prometiendo un futuro que no estáis dispuestos a dar.


martes, 17 de noviembre de 2015

MAESTRO AZORÍN - VIVO EN EL RECUERDO




Ayer entré en Facebook y vi una publicación, era Pilar Azorín que recordaba el 15 aniversario de la muerte de su padre, el Maestro Pedro Azorín. El 16 de Noviembre es un día negro en el que recordamos la perdida de varias figuras de la danza. Es una generación de artistas que nos van abandonando, es ley de vida, pero la gente de mi quinta, que hemos estudiado y trabajado con ellos, lo vivimos con mucha pena, pero como es lógico, algunas personas te tocan mas de cerca.

Yo debo reconocer que Pedro Azorín para mi es alguien muy especial, fui alumna suya cuando era casi una niña y unos años después retomamos el contacto y se vino a mi escuela, donde compartimos una larga temporada de trabajo y creatividad.

PEDRO AZORIN

Para el que no le haya conocido era un gran Maestro y Coreógrafo, Maestro de Maestros, innumerables generaciones de profesionales de la danza, han pasado por sus aulas, ha coreografiado Jotas Aragonesas en las mejores compañías y enseñado a profesionales de todo el mundo.

Para los que le conocíamos de cerca era un hombre de fachada altiva y dura, chapado a la antigua, su sola presencia imponía. Era fachada, tras ella se escondía un hombre con un corazón inmenso que no le cabía en el pecho, un gran padre y marido fiel, que adoraba a su familia, para él era lo primero. Una persona que, a pesar de su relevancia pública, nunca perdió su modestia, era muy tímido, no le gustaban las apariciones públicas.

 
Yo recuerdo que después de cada espectáculo debíamos preparar que alguien le sacara al escenario para recibir sus merecidos aplausos, por que él no quería ese momento de popularidad.

Le recuerdo entre cajas, viviendo esos momentos como los vive cualquier profesor responsable, con nervios por un trabajo bien hecho, que en ese momento, está en manos de tus discípulos. Siempre con sus castañuelas en las manos para guiar el compás y con la tensión a flor de piel. Estaba pendiente de cada detalle viviéndolos como si él bailara cada paso de los que se estaban ejecutando en el escenario, dirigía magistralmente hasta los saludos finales y en ese momento, su instinto era dar un paso atrás y alejarse del escenario, como para decir “Ya está, he terminado”, era el momento de tirar de él y sacarle al escenario, una breve reverencia y se marchaba lo mas rápido posible.

 

Su trabajo era único, poca gente era capaz de crear pasos y darles tanto movimiento como lo hacía él. El sentido del espacio y de la unidad de grupo, tal vez heredado por la su contacto con la generación de la “Sección Femenina”, era magistral. Filas, cruces círculos y aspas debían ser perfectos o no le valían. Le recuerdo con ese tono solemne que él tenía, acercándose a alguien que sobresalía de una fila y con la castañuela le tocaba el hombro o ese brazo fuera de lugar, era un gesto muy suyo, las castañuelas eran su medio de expresión, hasta en esos momentos de correcciones.

Era meticuloso hasta el infinito, incansable y exigente, pero si hacía falta, salía el Pedro humano, cercano y comprensivo. Era capaz de dejar de lado esa fachada para ser un amigo y hasta un padre en algunos momentos. Le recuerdo sentado en la recepción de mi escuela compartiendo ese rato de relax con nuestras alumnas y con migo, con “Sus Gambinitas” como él las llamaba, haciendo proyectos, planeando las siguientes coreografías y contándonos anécdotas de su vida. Los viernes en Gambini eran días mágicos, días especiales en los que la escuela se llenaba de su energía.

 
 
El Maestro Azorín siempre daba clases con sus cintas de radiocasset, pasaban los años, entraba la era digital y él seguía con esas cintas ya raídas, que las dejaba de lado solo cuando él mismo se ponía cantar una jota. Era un hombre muy cabezota y por mas que se le dijera no había manera de hacer que evolucionara. Como es lógico, no siempre se podía actuar con Rondalla y los Teatros ya no funcionaban con cintas, el cambio ya era obligado, en la escuela decidimos regalarle un reproductor de CD con las grabaciones de sus cintas digitalizadas, para que pudiera hacer ese cambio sin grandes traumas. Era un hombre inteligente y sabía que no le quedaba mas remedio, pero ese día salió el niño enfadado que llevaba dentro. Ese reproductor acabó siendo su fiel compañero de fatigas y con él dio clases hasta sus últimos momentos.

Para los que le queríamos, fue muy duro ver como, ese torbellino de energía, se apagaba victima de una implacable enfermedad que se lo llevó en unos meses.

 
Yo le vi en junio, a finales de Septiembre recibí una llamada suya diciéndome que no se sentía con fuerzas para continuar dando clase. En aquel momento yo no sabía la gravedad de su estado, ni lo avanzada que estaba ya su enfermedad, en Noviembre nos dejó.

Para los que le queríamos fue un golpe duro del que todavía quedan secuelas, a pesar de haber seguido en contacto con ellas, no puedo ni imaginar lo que fue para sus hijas y su mujer esos últimos momentos.

Se que él las quería muchísimo y que amaba su profesión, había sido un luchador, que desde sus comienzos mas espartanos en Aragón, había venido a Madrid para poder crecer personal y profesionalmente. Dejó una gran huella en generaciones enteras, y a pesar del momento tan precario que pasa la Danza en estos tiempos, se le recuerda como una gran figura que ha hecho historia.

Yo quiero recordar algunas de las últimas actuaciones, coreografías que montó para mis chicos y que guardo como un tesoro. Son grabaciones antiguas cuya imagen no es buena, pero para mi son grandes recuerdos tanto por el tiempo que pasamos preparando esos espectáculos como por el resultado de su trabajo.

 
Guardo en mis archivos imágenes de sus jotas que espero algún día se puedan remasterizar y sacar como un documento histórico de su trabajo, es un proyecto que llevo años deseando llevar a cabo y tal vez se vaya acercando el momento de hacerlo.
 

Para los amantes de la Jota Aragonesa estos son algunos de los momentos que recuerdo con cariño.

 
Estos dos videos pertenecen a una Gala que hicimos en el Teatro Madrid el año 1998
 
BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE LA DOLORES - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
 


BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE ANTILLON - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
 
 
Uno de los recuerdos mas entrañables que tengo es la Gala del X Aniversario de Gambini, en esa ocasión quisimos hacer algo muy especial y Pedro Azorín creó "EL ABRAZO DE LAS TRES PROVINCIAS" con la colaboración de la Rondalla y los Cantores de la Casa de Aragón de Madrid
 
 
 
 podría seguir recordando un sin fin de momentos de la convivencia con el maestro, sus frases celebres como "Fuchi" para vete o su memorable "Grito de guerra" con el que acababa todas las funciones y yo he querido dejar al final de cada video. Un sin fin de detalles dentro y fuera de la danza que le hacen seguir vivo en los que le queríamos.
 
En otro de mis textos yo digo que una vida plena es la que deja huella cuando ya no estás, él lo consiguió.

MAESTRO, ESTÁS VIVO EN NUESTROS CORAZONES

lunes, 9 de noviembre de 2015

ME DECLARO ADICTA A LA FELICIDAD




La felicidad se puede definir como algo efímero, unos breves momentos que pasan por tu vida y dejan huella. Todo el mundo habla de ser feliz, pero la felicidad no es un estado permanente, no es algo que perdura en el tiempo, lo que dura es nuestra percepción de los hechos y el deseo que se repitan.

Cuando el día a día te sumerge en la rutina, llegas a adormecer ese deseo de felicidad como si fuesen palabras vacías, como ese cuento que llevas oyendo desde pequeño pero que sabes que es eso... solo un cuento. De repente algo sacude esa aparente calma, de repente algo pasa por tu vida como un escalofrío que te recorre de cabeza a pies, te revuelve por dentro y todos esos sentimientos que creías dormidos se despiertan mas vivos que nunca.

Intentas cazar cada una de esas sensaciones y mantenerlas vivas, pero antes de darte cuenta, ese momento pasó y con él, lo que te hacía sentir vio. Dentro de ti queda el recuerdo de ese momento perfecto, de esa mirada que te llenó o de esa palabra que estabas deseando oír, pero es solo eso, un recuerdo. No se puede capturar la felicidad ni amarrarla a tu lado, solo se puede recordar, pero en tu interior estás deseando que se vuelva a producir. Como el yonki que necesita una nueva dosis, vagas por tu rutina diaria con la cabeza perdida y lo único que puedes pensar es ¿Cuando volverá a pasar?.

Harías cualquier cosa para que ese momento se repitiera, pero la vida no es una moviola, no puedes vivir una y otra vez los buenos y los malos momentos, manejándolos a tu antojo, solo puedes esperar al siguiente momento que te haga feliz.

Esperas desesperado y nervioso hasta que poco a poco te vuelves a adormecer en esa rutina llamada vida. Cada día que pasa esperas y desesperas un poco mas y te dices a ti mismo: “Eres un yonki, un adicto a la felicidad”.

Cada mañana vuelves a la rutina diciéndote a ti mismo “Hoy va a ser diferente”, “Hoy va a pasar algo que haga este día especial”. Cada día es especial, si abres bien los ojos y todos tus sentidos, cada vida está llena de momentos singulares, pero lo que realmente buscas, es ese gesto que te haga sentir bien.

La sensación es como cuando un bailarín sube al escenario, sobre sus espaldas hay muchas horas de clases, ensayos, frustraciones y miedos. Ha pasado por dolores y ha tenido que luchar con su voz interior que le dice que abandone, que no lo va a lograr. Entonces llega el día de subirse al escenario, se repite a si mismo “Me haría falta una semana mas de ensayos”, siempre hace falta esa semana mas, pero la realidad es que en segundos ese sueño que le impulsa en su vida, se hace realidad, en unos segundos va a subir al escenario.

Las piernas tiemblan por dentro, a la vez que quieres actuar ya. Da igual lo larga que sea la actuación, ese momento mágico pasa en un suspiro. Un vórtice de sensaciones se agolpan en tu interior y no hay tiempo para pensar, solo para que tu cuerpo evolucione según lo aprendido, mientras tu alma se llena de energía.

Son momentos mágicos, cada función es diferente, el público aplaude y casi ni les oyes, saludas, pero casi siempre acabas preguntando si  ha habido aplausos, porque, en ese momento, estás tan desbordado de emociones que casi no te das cuenta de lo que estás pasando.

Todo ha salido bien, pero es inevitable que el bajón habitual aparezca, te asaltan mil ideas, seguro que me he equivocado en esto o aquello, tal gesto estaba mal, ¡horror!!!! para una función que sale y voy y “la cago”. Da igual lo que te digan, en tu cabeza ha salido todo fatal, pero pasado ese momento, unos días después, lo que queda en tu interior es ¿CUANDO VOY A VOLVER A ACTUAR?

Como un yonky que busca su dosis, estás deseando volver a sentir esas sensaciones, da igual el miedo, los nervios o el bajón, solo piensas en volver a sentir el calor de los focos y la energía del público, volver a sentir la descarga de adrenalina y volver a vivir ese momento de felicidad.

Es un momento efímero, que tal vez no se vuelva a repetir, pero que se quedará en lo mas profundo de tu corazón, igual que ese momento feliz de la vida, que anhelas una y otra vez. El bailarín se vuelve adicto al baile, igual que cualquiera se volvería adicto a una droga.

A la vez que te haces viejo, debes asumir que esos instantes en el escenario ya no se van a volver a producir, entonces descubres que la vida está llena de esos momentos, que si eres capaz de darte cuenta y los retienes en tu corazón, te volverás a sentir como cuando estaba en el escenario. La gente te puede dar esa misma energía y si sabes rodearte de personas que te aporten, esos momentos felices, pasarán por tu vida. Lo malo es que igual que en el escenario, no serás consciente de lo que has vivido hasta que se haya marchado, hasta que todo se haya acabado.

Entonces y solo entonces, vendrán a tu memoria todos esos segundos felices, ese gesto, esa palabra o ese instante, sabes que solo son recuerdos pero unos bonitos recuerdos y quieres mas.
La vida sigue adelante y tu tienes que seguir, en esos momento eres mas consciente que nunca que “Eres un adicto a la Felicidad”


domingo, 8 de noviembre de 2015

LA EDUCACION EMOCIONAL, UNICO ANTIDOTO CONTRA LOS MALOS TRATOS PSICOLÓGICOS

LOS MALOS TRATOS EMOCIONALES, ¿QUE SON? ¿SE PUEDEN EVITAR? ¿PORQUE SE LLEGA A ESO? ESAS SON SOLO ALGUNAS DE LAS PREGUNTAS QUE NOS DEBERÍAMOS HACER EN ESTA SOCIEDAD

 

 

 Como dice la foto NO AL MAL TRATO A CUALQUIER SER VIVO

 

Estoy completamente de acuerdo, creo que está mal causar sufrimiento innecesario. El ser humano lleva en sus genes el ser depredador, a veces, eso le hace ser cruel y con un sin fin de conductas que creo debemos combatir.
 
Amo los animales y los defiendo. Para mi, el que maltrata a un animal, es un ser despreciable, pero.... ¿Que pasa con las personas?

 

Se habla mucho de violencia de genero o violencia machista, no niego que exista y creo que todavía faltan mecanismos legales y sociales para luchar contra esa lacra. Pero quiero reflexionar sobre otros tipos de violencia, la violencia psicológica.

El “MAL TRATO PSICOLÓGICO” es un tipo de maltrato, mucho mas sutil, en la mayor parte de los casos pasa desapercibido, se suele decir: “Esa persona tiene un carácter muy fuerte”, “Es que tiene mal genio” o “Lo tienes que entender, es que está pasando por un mal momento” para mi, todas son frases para disculpar algo que está mal, ningún ser humano tiene derecho de destrozar a otro.

Como os decía antes, el mal trato físico es mucho mas evidente, un golpe o una bofetada, es algo despreciable que por desgracia sigue abundando en la sociedad. Todavía hay culturas que piensan que la educación entra mejor con los castigos físicos. No me mal interpretéis, creo que un azote a tiempo educa a que un niño pequeño conozca cuales son sus límites, pero el momento que esa personita ya puede razonar, creo que se le debe educar en unos valores, que por desgracia se han perdido.

Llevamos ya muchos años en una sociedad en la que se alaba la violencia, en las calles, manifestarse es destrozar. Defender una idea se asocia con actos vandálicos e incluso terrorismo. En las escuelas, si no eres el matón, te acosan y en las profesiones el que mas pisotea es el que triunfa. ¿ESTAMOS LOCOS?

Está establecido así y la humanidad parece defender esas conductas, en las Universidades y Masters, te enseñan técnicas agresivas de Marcketing para ser competitivo en tu profesión.

Me hacen gracia los nuevos métodos de venta, recibes una llamada de alguien muy educadito que empieza por presentarse, el paso siguiente es decirte, hemos visto que tienes este o el otro producto, tu pardillo picas y respondes, a partir de ese momento, la técnica es decir, “Tu producto está obsoleto, es algo totalmente pasado, no sirve para nada” y en seguida te dicen: “Nosotros te vendemos  esto o lo otro”.

Hace algunas generaciones, tus padres, te enseñaban que aunque algo no te gustara debías poner buena cara y dar las gracias, hoy en día te enseñan a despreciar a priori, que defender es atacar y que todo vale, con tal de salir victorioso.

Las relaciones se basan en reproches, el tu mas, si alguien dice “Me has hecho esto que me ha dolido” la respuesta habitual es “Pues tu a mi me has hecho.....”. La primera reacción no es reflexionar, ponerse en el lugar del otro y analizar tu propia conducta, la reacción habitual, en cualquier discusión, es un nuevo ataque con el que se bloquean las dos partes. Esa conducta hace que se hiera muchas veces a las personas que te importan y se crea un muro de resentimiento ya difícil de cambiar.

Por desgracia, esta conducta está ya demasiado arraigada en la sociedad que nos rodea, yo creo que a cualquiera que le preguntes, te diría que está en contra, pero la realidad es que es un comportamiento mas que habitual y socialmente aceptado.

Alguien se pregunta ¿Porque, cada vez que dos personas entran en una etapa de fricciones, el resultado siempre es la ruptura? yo creo que la respuesta es que en nuestra sociedad falta EMPATÍA.

La Empatía es el arte de saberte poner en el lugar del otro, pensar como piensa e intentar sentir lo que siente, es una experiencia tremendamente aleccionadora, que poca gente practica. Esa capacidad, es algo que se debe aprender desde niños, no todo el mundo puede ser empático por naturaleza propia, hay gente que tiene ese “DON” y lo saben desarrollar, pero creo que es uno de los aprendizajes de la Educación Emocional que mas se descuidan, y en cambio, sería el verdadero motor del cambio social, si la gente lo aplicara un poco mas.

 
Últimamente el Bulling, el Acoso Escolar y el Ciber Acoso están de moda, se habla de ello en los medios de comunicación, se advierte a los padres para que vigilen a sus hijos. Se denuncia en las redes sociales y se comparte en los perfiles, pero en el fondo ¿Para que sirve una denuncia, si el problema es a nivel, toda la sociedad?

Como os decía antes, en esta sociedad aparentemente civilizada, estamos rodeados de Buitres al acecho, gente dispuesta a utilizar cualquier debilidad, para ejercer su control.

MALOS TRATOS PSICOLÓGICOS

En la Sociedad actual, hay la falsa creencia que el mas fuerte es el que mas pisotea, pero en mi opinión, es todo lo contrario, esa persona solo demuestra su gran debilidad. Es como ese perro herido, al que intentas ayudar y te muerde la mano, las personas agresivas o que atacan a otros, solo demuestran su gran debilidad al no tener argumentos ni capacidad para expresar lo que piensan con razonamientos.

Esas personas, de alguna manera, cubren sus propias carencias haciendo que la gente que les rodean paguen por sus debilidades.

Generalmente disfrazados de buenas personas, los Maltratadores Psicológicos van desde ganarse la confianza de sus victimas siendo encantadores, a quererlas controlar. Poco a poco van minando su autoestima y van imponiendo su voluntad. Las pequeñas imposiciones que pasan desapercibidas y vienen aceptadas como rarezas sin importancia aumentan, hasta que el control es absoluto. Es una carrera sin fin, cada día un nuevo obstáculo, una nueva exigencia y un nuevo desprecio pasan a formar parte del día a día. Es un trabajo metódico que, al ser muy sutil, no levanta sospechas, pero que se va haciendo con el control de su victima.

Algunos se preguntarían ¿Para que sirve eso?, la respuesta es sencilla, se reduce a una sola palabra PODER.

Ese control que da saber que alguien está bajo tus pies y que, por muy mal que la trates, seguirá sumis@, esa situación, le da al maltratador da una falsa sensación de poder. Igual que un adicto busca su dosis o el alcohólico busca la botella, el maltratador necesita esa sensación para saciar sus propias insatisfacciones, ese vacío interior que le ha hecho ser como es y que igual que una adicción necesita el “poder” de un desprecio para el “chute” diario.

 Esa conducta de Malos Tratos está mas generalizada de lo que la sociedad está dispuesta a admitir, yo creo que todo el mundo ha tenido alguien así en su vida, pero según el momento personal que estabas pasando, cuando esa persona ha aparecido en tu vida, has podido llegar a ser victima o no.

Yo estoy segura que si reflexionamos un poco, surgen en nuestra cabeza, mil episodios que se podrían identificar con una conducta de malos tratos, esas pequeñas cosa que casi todo el mundo ha visto o vivido y como le han desagradado, ha mirado para otro lado. No digo que se pueda intervenir en cada situación, normalmente no te puedes inmiscuir, pero lo que tampoco se puede hacer es ignorar una conducta social reprochable y que necesita ser cambiada.

 Puede sonar a estereotipo, pero el maltratador lo suele aprender en su entorno mas cercano. Esos gritos en casa, esos padres que no se saben controlar, ese hermano abusón, los compañeros de clase y mil factores mas de tu entorno mas cercano, marcan esa conducta. Generalmente el que se ha criado con ese tipo de malos tratos aprende la conducta y la aplica en cuanto tiene la posibilidad, LA VICTIMA SE VUELVE VERDUGO.

Esa persona que, en un momento de su vida se ha hecho un pellizco, ante una situación de abuso, lleva en su subconsciente esos roles aprendidos y por mucho que diga “No yo no soy así, yo no lo haré”, ante cualquier situación difícil sacará ese yo oculto y como el drogadicto ante su primera dosis, habrá sucumbido al hechizo del poder.

Esa persona no va a parar ante una denuncia pública, en ese momento sacará a relucir su estatus de victima, esa fachada enternecedora que ha usado para hacerse querer. Cara a todos será el lobo disfrazado de cordero, la verdadera victima será él y conseguirá los apoyos sociales para ser respaldado y protegido. La opinión colectiva es fundamental para acabar de reforzar su autoestima. Todos le creerán, dejando al margen y seguramente culpabilizando a la verdadera victima de todo esta situación.

¿QUIEN PAGA ESTAS CONDUCTAS?

Ese macabro juego de dobles roles, es lo que, a diario viven miles de personas en nuestra sociedad, no se pueden diferenciar por sexos o edades, una victima es una victima y por mucho que se le quiera justificar, LA CONDUCTA DE UN MALTRATADOR, ESTÁ MAL.

Es un gran circulo vicioso que solo empieza a despuntar, como dije al principio de este texto, es un tema que se empieza a poner de moda, queda bien poner lacitos de colores en tu muro y sentir que apoyas esta o la otra causa, pero el verdadero cambio está en uno mismo.

Los adultos tenemos la capacidad de cambiar nuestras vidas, no niego que es un proceso duro y que no se logra de la noche a la mañana, pero se cambia empezando a decir NO ante algunas situaciones, se cambia modificando conductas nuestras que no nos parecen bien, se cambia ayudando a alguien cercano. Todos esos gestos son pequeñas cosas, pero que acaban teniendo un efecto de “Onda Expansiva” en la sociedad.


Los niños imitan en todo, la conducta que ven en los mayores, los amigos imitan a otros amigos, es nuestra responsabilidad tomar la decisión de llevar a cabo ese primer gesto que, seguido por otros, puede cambiar las cosas.

Yo digo: BASTA DE MIRAR HACIA OTRO LADO


Opinar puede que no siempre te aporte amigos, mas bien suele pasar todo lo contrario, pero si no hacemos nada, tampoco tenemos derecho a quejarnos porque no nos gusta el mundo en el que vivimos. La argumentación “Es que siempre se ha hecho así” a mi no me vale, yo creo firmemente que la acción de una sola persona puede ser un ejemplo a seguir y que acabe creando un “Efecto Dominó” en la sociedad.

Creo que el punto de inflexión puede estar, como dije al principio, en educar en la empatía. Si un adulto aprende a ponerse en el lugar de otro, tal vez, lo que vea no le guste y reflexione sobre su conducta. Si un niño aprende como se siente ese amiguito al que maltrata, tal vez, no lo haga y si además en casa ve una conducta diferente, casi seguro que cuando crezca será mejor persona.

Quizás yo no lo vea y seguro que muchos de vosotros tampoco, pero merecerá la pena todo ese esfuerzo si logramos frenar esta deriva social y reconducir algunos comportamientos que por desgracia, me hacen sentir vergüenza de la sociedad en la que vivimos.

Siempre habrá buena y mala gente, no niego que existen personas con un mal fondo que disfrutan haciendo daño, pero conductas sociales como el egoísmo, la envidia o los malos tratos, son en gran parte, fruto de la educación social que recibimos. Es nuestro deber como Seres Humanos luchar por dejar a las siguientes generaciones un legado mejor del que hemos recibido.