Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



sábado, 12 de diciembre de 2015

RUFFIANI O PERSONAS DE CONDUCTA FELINA




Los Gatos son entrañables amigos peludos que te conquistan el corazón. Sus carantoñas, expresiones, mimos, y trastadas nos cautivan a la mayor parte de las personas que adoramos a los animales.

Quien ha tenido un felino en casa me comprenderá, se adueñan poco a poco de todo lo que desean, cuando les regañan, ponen esa expresión de buenecitos o te hacen un mimo y como no, se salen con la suya. Son independientes cuando quieren que les dejes en paz, pero cuando quieren algo son persistentes y recurren a cualquier artimaña para salirse con la suya y desde luego, los humanos picamos y les hacemos caso, ¿quien se podría resistir?.

Me encantan los gatos, son adorables, pero cuando un humano se comporta con esa misma actitud, lo odio.

La escala de valores cambia cuando se trata de personas, esas carantoñas tan monas en un gatito, en un humano, se llama ser falso.

 
Me refiero a esas personas que van por libre, pasando de todo lo que no sean ellos mismos, pero de repente un día te sonríen y tu piensas, ¿que querrá?. De repente se acercan con actitud amable, o tienen uno de esos detalles que saben te importan, pero que nunca suelen tener. En ese momento, si eres un poco perspicaz, saltan todas las alarmas, sabes que el paso siguiente va a ser pedirte algo o decirte algo que sabes no te va a gustar, en ese momento se te pone cara de circunstancia, miras escéptico y te preparas al chasco.
 
Es una actitud mas habitual de lo que me gustaría, de niños todo resulta mono, es el instinto de protección natural en los seres humanos, si un niño hace un puchero los adultos se derriten en alabanzas. Cuando vas creciendo se fomenta el chantaje emocional, “Si le das un beso a Mama o a al abuelo, te doy esto o lo otro” quien no ha usado alguna de esas frases, se consideran refuerzos positivos, sirven para potenciar la expresividad y enseñar a los peques a exteriorizar esas expresiones de cariño que cuestan tanto. Eso está bien, pero es inevitable que a la vez, se lance un mensaje equivoco, basta una carantoña para conseguir lo que quieras.

Lo normal es que, con los años, todo tome su justa medida. Los No, enseñan a aceptar las frustraciones, no siempre se consigue lo que se quiere, ni siempre es suficiente una buena cara o un buen gesto para alcanzar tus deseos. Eso es lo normal, las personas crecen y maduran, aprenden a saber esperar y a saber, cuando y como pueden pedir lo que desean.

Ese proceso normal de evolución, no es igual para todo el mundo, algunas personas no aceptan esas reglas, quieren controlar la situación y para eso desarrollan estrategias de conducta algunas veces verdaderamente sorprendentes. Esas personas son las que poco a poco van fraguando esa personalidad felina a la que me refiero.

 
Son personas aparentemente sociables, suelen caer bien, porque controlan su comportamiento para que se adapte a las circunstancias, ocultando su verdadera personalidad. Saben sonreír y ser amables con una escafandra de buena educación, pero mas allá de las apariencias, son personas frías y extremadamente egoístas, su propio beneficio es el único motor que les mueve. Se infiltran con facilidad en los círculos sociales, esa superficialidad no les hace ser especialmente conflictivos, hasta que alguien les lleva la contraria. Saben aparentar interés, pero si lo piensas bien, preguntan y se interesan, pero nunca esperan la respuesta. Si alguien se abre, no tardarán en cambiar de tema o evitar esos momentos de conversación. Su máxima felicidad, es estar rodeados de gente que les acepta sin pretensiones, ni una verdadera intimidad.

Igual que los gatos, si se sienten molestos, se levantan y se marchan a otro lugar donde seguir su vida sin interferencias.

Su vida es un continuo cambio de lugar y de personas, les gusta tener varios círculos en danza, así pueden desplazarse de uno a otro según su conveniencia.

Este tipo de personas van por libre, pero necesitan un entorno social en el que integrarse, necesitan sentirse parte de un algo que se mantenga a debida distancia permitiéndoles estar sin grandes compromisos o exigencias.

La humanidad entera está a su servicio para ese momento que ellos escogen, deben ser ellos los que decidan como y cuando, si no la situación les incomoda y vuelven a escapar. Es un continuo va y ven de ambientes, grupos y relaciones.

Visto desde fuera puede parecer normal, una persona sociable y con un montón de amigos, esto sería así si no fuese porque esa persona nunca se deja conocer, nunca se abre de verdad, hace ver solo la fachada pública. Yo creo que llega un momento en el  que de tanto fingir una personalidad inventada, pierden la noción de su verdadero yo, adaptándose a lo que se espera de él o ella, pero nunca definen que es lo que de verdad quieren o les importa.

Modas, gustos, actividades son negociables, si para ser aceptado hay que cambiar que mas da, lo único que de verdad importa es estar rodeado de gente que no invada ese espacio que guardan tan celosamente.

Las personas Felinas observan y aprenden de los demás, pero nunca dan nada. Esperan agazapados dejándose querer hasta que necesitan algo, en ese momento todo vale para salirse con la suya. Esa persona que mantiene las distancias, de repente saca una personalidad entrañable y cercana. Expresiones y gestos encantadores surgen en ese rostro que hasta el momento se mantenía distante, pone ojitos tiernos y una sonrisa encantadora, que recuerda muy de cerca al Gato de la película Sreck.
 
 
Cualquier zalamería es valida para lograr sus fines. Es una verdadera metamorfosis, que los sujetos mas hábiles, manejan con gran maestría.
Soy de origen Italiana, aunque me he criado y he vivido siempre en España, me quedan pocas cosas italianas, pero de vez en cuando, alguna palabra salta a mi mente, la palabra RUFFIANO es una de ellas, he buscado en el vocabulario español una palabra semejante, pero ninguna describe a estas personas tan bien como el termino Italiano RUFFIANO..
En una palabra, se sintetiza toda una personalidad, se describe ese momento en el cual surgen las carantoñas y los mimos, ese momento en el cual esa persona tiene ese detalle inusual que sabe que te va a derretir, ese acercamiento inesperado que de repente te hace pensar ¿habrá cambiado algo? o “Por fin, le he empezado a importar y por eso me trata mejor”, es todo mentira, esa actitud acabará en cuanto consiga lo que está buscando y todo volverá a la habitual indiferencia.
El Ruffiano no tiene limites ni barreras pera conseguir sus deseos, no existen principios ni moral, lo único que importa es conseguir lo que quiere. En ese momento sale su lado mas oscuro, cubierto por ternura, su moral es ambigua, da igual a cuanta gente se deje atrás, lo único que importa es alcanzar esa meta tan deseada en ese momento.
Lo mas triste, es que todo ese esfuerzo suele responder a deseos peregrinos y fugaces, cosas importantes en ese momento, casi nunca a verdaderas metas o logros con  proyección a un desarrollo personal. Son, casi siempre, caprichos, cosas de un momento que parecen ser lo mas importante del mundo.
Luchar por verdaderas metas es honorable, pero esas triquiñuelas para lograr algo fútil es una actitud que, para mi gusto, enmascara un gran egoísmo y una importante falta de madurez.
La actitud Felina, vuelve a hacer acto de presencia si se ven desenmascarados o reciben un NO, en ese momento bufan y arañan igual que un gato enfurecido.
Su gran ego y ese punto infantil, no les permite recibir un No por respuesta, como van a prescindir de eso tan importante en sus vidas, mañana les dará igual, pero hoy es la prioridad y harán lo que haga falta para lograr salirse con la suya.
Cada NO es una afrenta insuperable, algo imperdonable a lo cual solo se puede responder levantando una nueva barrera de indiferencia.
El Gato lame su pelaje, se atusa y auto consuela y se aleja con actitud altiva, dejándote ver como anda hacia su nuevo destino, hacia nuevos sujetos a los que utilizar para sus propios intereses.
Una gran parte de esa conducta la marca el carácter del individuo, pero ese carácter es fruto de la educación recibida. Esos primeros años de vida son decisivos, la sensibilidad de la familia para detectar y corregir este tipo de actitudes, es vital para que ese futuro adulto no desarrolle una conducta tan falsa.
Por desgracia la sociedad es bastante poco sensible a detectar y mucho menos a prevenir este tipo de conductas, pero creo que es importante concienciarnos que este tipo de personas existen, que son manipuladoras y bastante falsas y que no les importa vulnerar y utilizar a cuantos se pongan en su camino.

1 comentario:

  1. Lo peor es que la sociedad cultiva y alienta ese comportamiento falso e hipócrita. Pone énfasis y recompensa una convivencia sin fricciones pero siempre alentando el comportamiento individualista y egoista...

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