Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



miércoles, 25 de noviembre de 2015

BECAS DE DANZA – ¿MARKETING O UNA OPORTUNIDAD?




La palabra Beca se asocia generalmente con dinero. Cuando alguien recibe una Beca piensa en recibir una cantidad económica, generalmente para invertirlo en algo, formación, producción, investigación y demás conceptos. Eso es así y es inevitable esa asociación mental, pero últimamente la palabra Beca, se ha asociado a una forma de promoción empresarial.

Históricamente el concepto de Beca era interpretado como una ayuda pera la formación, poco a poco se fue ampliando el concepto, se incluyeron proyectos que lo merecieran, lo que antes se llamaban Subvenciones. Hoy en día esos dos términos se confunden bastante, la diferencia entre Beca y Subvención es bastante ambigua, pero sigue teniendo una fuerte base económica.

En la Danza, durante generaciones, las becas permitían a los estudiantes desplazarse a los lugares donde estaban los mejores maestros para su formación. Era una oportunidad deseada, por la que el aspirante luchaba y se esforzaba. Solo los mejores, las personas mas abnegadas y que demostraban su interés, recibían ese tipo de Becas. Grandes figuras de la Danza han podido estudiar gracias a recibir ese tipo de ayudas, a las que no se les daba una gran publicidad. A diferencia de otras becas, universitarias o estatales, los becados debían dirigirse a los centros para los cuales optaban, para ser evaluados y aceptados. Era un proceso, muchas veces desconocido, al que optaban unos pocos.

En Gambini empezamos a dar becas de Danza en el año 1990, en aquel momento estaban orientadas a fomentar la danza entre los bailarines masculinos. Era una generación en la que casi todas las chicas practicaban algún tipo de actividad de danza, pero bailar estaba mal visto para los hombres. A veces era la oposición familiar, otras el entorno de los amigos, la verdad era que los chicos que acudían a las escuelas eran una minoría y que casi lo hacían a escondidas, muchas veces con serias dificultades para poderse pagar las clases.

Los alumnos Becados tomaban clases en el centro y optaban a poderse incorporar al Ballet Español Gambini, la compañía que gestionábamos en aquel momento.

Varias figuras y profesionales que actualmente ejercen como bailarines o corógrafos, salieron de nuestras aulas.

Con el paso de los años y la evolución de estilos y gustos, las becas también cambiaron, en Gambini, se incorporaron a las becas también las chicas y se trabajó para que nuestros alumnos se pudieran introducir en un mercado laboral, que todavía era emergente.

Otro de los sectores, en los cuales Gambini ha trabajado desde su apertura en 1987, es en la formación de Maestros de Baile. Ha sido una labor mas privada, que generalmente no se hacía pública, a lo largo de estos casi treinta años, yo personalmente, he formado a muchos de los maestros que hoy en día imparten sus clases, enseñándoles mis técnicas docentes, algunas veces innovadoras, con las que actualmente se, que se ganan la vida muy honrosamente. Es una generación de Bailarines que confiaron en mi criterio y mi experiencia y se dejaron guiar, alcanzando cualidades docentes de las que me siento muy orgullosa.

 
Algunas veces he estado fuera de las aulas observando y oyendo a mis discípulos dar clase, de repente oía algo que captaba mi atención, era una frase, o una forma de explicar que me hacía prestar mas atención, con otra voz, era “yo” dando esas explicaciones. Me daba cuenta que mis enseñanzas habían llegado y que esa persona, estaba transmitiendo esos conocimientos de la misma manera en la que yo se los había enseñado. Ese era un momento de muchísimo orgullo. Todos mis esfuerzos habían servido para algo.

Tengo en el recuerdo momentos entrañables y personas, que a pesar de la distancia, recuerdo con cariño y también de personas que, a pesar de haber aprendido a mi lado, me han borrado de sus vidas, todo lo que les he enseñado llegó a ellos quien sabe de donde, son mis movimientos, mis métodos y mis conceptos, pero niegan haber aprendido nada de mi.

 
Para no desviarnos del tema principal, las becas, debo decir que es un concepto que en nuestros días, considero muy ambiguo. Esa idea inicial de fomentar el aprendizaje, se ha convertido en una campaña publicitaria. Reconozco que es información pública y que en la sociedad que vivimos, Internet, redes sociales y demás, la repercusión mediática no solo es inevitable, si no, es buscada, pero no puede ni debe ser el único motivo por el que se creen unas becas.

Hace cuatro o cinco años éramos muy pocas las escuelas que dábamos Becas de Danza, recuerdo en el 2011 cuando en Gambini creamos el curso de formación, dándole formato de beca, fui criticada, porque se decía que echábamos a perder el mercado dando clases gratuitas, el concepto no era ese, pero en fin, muy poco después, la mitad de las escuelas sacaron su publicidad, con becas de danza.

Hoy es casi obligado tener alumnos becados en las escuelas, como si eso fuese una necesidad, enseñar es una vocación, no una campaña publicitaria.

Las escuelas con aulas grandes lo tienen fácil, les da igual diez que doce alumnos en sus clases y la repercusión mediática, es siempre mas barata que cualquier otro tipo de campaña.

Yo creo que dar una beca es una responsabilidad, tanto para la escuela que se compromete a enseñar y a labrar un futuro para el becado, como para el alumno, que asume compromisos hacia el centro y hacia él mismo.

 
En una sociedad donde “Todo vale”, donde un niño de cuatro años tiene poder de decisión, donde los padres no enseñan el concepto de compromiso, si no el de conveniencia, ¿Cómo se puede esperar de los alumnos ese grado de compromiso? pues yo en Gambini lo espero.

Para mi conceder una Beca, es algo mas que dar unas clases gratis, es mi compromiso personal de darle algo mío a esa persona. Tengo una escuela que en su momento estuvo bien, pero para las nuevas generaciones, se ha quedado pequeña. Limito mucho el numero de alumnos por aula y para los becados, debo tener horarios especiales. Horas de mi centro que no puedo vender ni ganar dinero con ellas, necesito comer como cualquiera, pero siempre he reservado un espacio en mi escuela, para luchar a mi manera, por la gente que se quiere labrar un futuro en la danza.

Esas clases tienen un valor especial para mi, es mi oportunidad de transmitir esos conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de mi carrera y de dar continuidad a mi estilo de trabajo, en personas que deben querer aprender y hacer suyos mis conocimientos. La confianza es la clave de ese trabajo, a veces rompo los esquemas de quien estudia con migo, tengo una visión muy mía del baile, pero está mas que demostrado que las personas que me han escuchado, han aprendido.

 
Ese compromiso debe ser reciproco, para mi un becado no debe ser un oportunista que vea la posibilidad de esas clases gratis, si no alguien que me de ese voto de confianza, alguien que ame el baile tanto como yo, que esté dispuesto a esforzarse por ese proyecto común. Alguien que se comprometa a usar esos conocimientos en su vida. Sin esos compromisos, las clases serán una perdida de tiempo.

Me he llevado muchas decepciones en mi vida, gente en la que he confiado y me han fallado por uno u otro motivo, pero eso no me ha hecho cambiar mi visión de la vida, sigo creyendo que esas personas en las que he confiado, han recibido un poquito de mi corazón y que algún día, a solas, cuando nadie les oiga, dirán esa fue Rosemary, yo aprendí esto o lo otro de ella, y de alguna manera, yo seguiré viva en sus mentes. Los que en ningún momento tienen esos pensamientos, son mis verdaderos fracasos, para los demás dejo un lugar en mi corazón.

Para mi, las becas de Danza, no deben ser Marketing ni un negocio, son una forma de vida, de intercambio de experiencias enriquecedor. Un esfuerzo inmenso que merece la pena, cuando ves los resultados en tus alumnos.

Como decía antes, en una sociedad donde la palabra “Compromiso” está en desuso, es difícil encontrar alumnos con ganas de aprender. Todo el mundo quiere aprender rápido y ganar dinero lo antes posible. Un buen bailarín no se hace de la noche a la mañana, bailar lo puede hacer cualquiera, ser un buen profesional de la danza, es una larga y difícil tarea que no se logra de hoy para mañana.

Casi todo el que baila, en algún momento, acaricia la idea de dedicarse a este oficio, pero no está al alcance de todos. Se debe luchar mucho con el entorno social, tus propias limitaciones, las dificultades laborales, todo para alcanzar algo que en mi opinión no es una elección, es una vocación. Si te puedes preguntar ¿Elijo la danza o hago otra cosa?, es que no has sentido el baile en tus venas. Si de verdad el Baile es tu vida, nunca serás feliz haciendo otra cosa, podrás cambiar de oficio por necesidad, pero sabrás que no estás haciendo lo que tu corazón te pide.

Cuando estamos fomentando entre los jóvenes, que con un par de cursos intensivos, son ya bailarines o maestros, estamos haciendo un flaco favor a la profesión. Estamos creando una generación efímera, que solo ve la ganancia económica detrás de los pasos de baile. Es “Pan para hoy y hambre para mañana” esa gente vende una imagen, eres joven y guapo, estás a la moda y con buen rollito, eres un profesional.

Para mi eso no es ser un profesional, es ser producto del marketing, es explotar la imagen juvenil igual que un modelo o ese actor del que nunca mas se supo. Es una forma fácil de ganar dinero, tanto para las escuelas, como para esas victimas de la sociedad de consumo.

Los profesores y las escuelas que ofrecemos becas o que incentivamos a nuestros alumnos a ser profesionales de la danza, asumimos una gran responsabilidad, en nuestras manos está el futuro de esas personas, debemos ser honestos por encima de intereses económicos, y animar solo a aquellos que, de verdad, valen para este difícil mundillo.

Hace poco yo he perdido a alguien importante en mi vida precisamente por intentar enseñar esta lección. Yo me expreso mucho con imágenes y después de haberle intentado transmitir durante meses, que debía aprender más, recurrí a uno de esos montajes, unos billetes transparentes que simbolizaban su afán de dinero, le separaban de mi. Ese fue el final. El bombardeo de propuestas efímeras, era demasiado fuerte y yo simbolizaba una vida de esfuerzo, lucha y responsabilidad. Se que algún día se arrepentirá de no haberme escuchado, pero de momento su orgullo le ha hecho tomar decisiones. Siento muchísima pena, pero no me arrepiento, un bailarín debe estar bien formado, para que cuando sea mayor, se pueda ganar la vida. Es lo que siempre he dicho y lo mantengo.

 

SEÑORES DE LAS ACADEMIAS DE BAILE, PROFESORES EN GENERAL, NO JUGUEMOS CON EL FUTURO DE NUESTROS ALUMNOS.

 
Si no estáis dispuestos a sumir un verdadero compromiso de formación, por favor, ganaros la vida de otra manera, no prometiendo un futuro que no estáis dispuestos a dar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario