Os quiero contar una historia, es algo
que algunos hemos vivido, otros lo estáis viviendo en estos momentos. Espero
que los mas listos sepan entender la moraleja y les haga reflexionar.
Un poco de Memoria Histórica
Hace mas de 20 años la Danza en España estaba en su mejor momento. Había trabajo para todos y la gente que se quería ganar la vida en este sector, podía comer sin problemas.
Un grupo de personas, cargos políticos y
personas con peso en los estamentos, decidieron darle un nuevo rumbo a la Danza
en España, bajo el nombre de “Una Ley de la Calidad”, crearon un nuevo marco
jurídico que, según ellos, mejoraría el sector.
Estas leyes impulsaba y premiaba solo a los
mejores, dejando de lado a un montón de personas que amaban el baile, pero que
nunca hubiesen sido “Esa Estrellita tan buscada”
En aquel momento eran miles las personas que
vivían de este sector artístico, Escuela, Bailarines, Maestros, Teatros, Salas,
Técnicos, Conserjes, Limpiadores, Campañas Publicitarias, Asociaciones,
Eventos, Costureras, Zapateros...... puedo seguir enumerando los que directa o
indirectamente se beneficiaban de este sector, los que vivían de que la gente
quisiera ver Danza.
Unos pocos alzamos nuestra voz en reuniones,
asambleas y en cuantos sitios nos permitieron hablar. El mensaje era muy claro
“Esto no va a funcionar”. Se nos permitía hablar, pero nadie nos escucho.
Igual que un vidente con su bola de cristal,
los que estábamos en contacto con esa gente normal, que ama la danza, veíamos
con claridad, que todas esas medidas iban a perjudicar mas que ayudar a ese
sector que tanto amábamos.
Poco a poco la gente se fue frustrando, el
listón era demasiado alto para acceder a las pocas plazas de los conservatorios
y las escuelas privadas se iban cerrando. Las asociaciones ya casi no tenían
miembros y los pocos que aguantaban no veían salidas posibles.
Entre todos habíamos creado un colectivo de
trabajadores, artistas, maestros y demás oficios, gente a las que se les había
prometido alcanzar el cielo, les habíamos cerrado las puertas en las narices.
Estos años, hemos visto como, poco a poco, la
llama de la danza se iba apagando. Los niños ya no querían bailar ni ver
Ballets. En las escuelas, no solo dábamos clases, además fomentábamos que la
gente de la calle amara el baile, creábamos espectadores para ese sector que
estaba perdiendo interés.
La Danza Española moría sin remedio, los
niñ@s ya no querían hacer ballet y las Escuela, Teatros y demás lugares de
difusión se quedaban vacíos.
La televisión vino al rescate de un sector
agonizante. Los programas de Baile hicieron la labor de difusión, que antes
hacían Escuelas y Teatros. Primero fue el Baile de Salón y luego el Baile
Moderno en todos sus estilos, los que salieron beneficiados.
La gente volvió a querer bailar, pero con una
visión algo distorsionada de la actividad. Estos programas daban un concepto
muy efímero del baile, la gente llegó a pensar que con unas pocas horas, ya
podías ser un bailarín y eso era una gran mentira.
Las escuelas se llenaron de bailarines
improvisados, de un par de meses “y ya” y de maestros cuya experiencia docente
era cuanto menos “muy limitada”.
Había un clamor generalizado entre las
Compañías de Danza, los Bailarines ya no saben bailar, falta técnica.
Poco a poco los mas válidos se fueron
marchando, otros cambiaron de oficio, el sector se estaba deshaciendo sin
remedio.
Por mucho que los políticos intenten reglar
la vida, el arte siempre ha sido y será libre. No se puede poner reglas a la
creatividad.
El sector de la danza debía reinventarse o
morir. Todos buscamos nuevos caminos, nuevos o viejos sectores de la danza, en
los que movernos y en los que desarrollar nuestra labor.
El Mundo Urbano se puso de moda. Para los que
han vivido este colectivo de siempre, resultaba casi un insulto. ¿Que venía a
hacer tanta gente nueva a invadir lo que era su coto particular? Para muchos es
solo una moda pasajera, para otros una vía de salida a un sector en punto
muerto.
La verdad es que se le dio a la Cultura Urbana
una visibilidad pública que nunca había tenido. Eso hizo que entrara en valor,
que se empezara a considerar como un arte, a la altura de muchos otros estilos.
Eso es bueno, pero como todo progreso llegan los inconvenientes.
El Mundo Urbano, underground por costumbre,
renace con aspiraciones nuevas. Algunos desean ser respetados, otros poderse
ganar la vida, la mayoría solo quiere disfrutar del baile, la música o lo que
sea que les guste.
Es un sector en auge, y como tal, se puede
vender. Esa forma de pensar tan positiva de “Bailo porque me gusta”, se
convierte en “¿Cuanto me pagas para que baile?”.
Estoy de acuerdo con el movimiento que está
en contra de que todo sea gratis, creo que el trabajo debe ser valorado y
pagado en su justa medida, pero la pregunta es ¿Cual es la medida?
Este sector es el fiel reflejo de nuestra
sociedad: QUIERO TRABAJAR POCO Y GANAR MUCHO
Tal vez yo sea la trabajadora mas tonta del
mundo, pero no conozco ningún trabajo LEGAL, donde se gane mucho dinero
sin esforzarse.
Una vez mas, la codicia está haciendo mella
en un sector artístico, pero esta vez, es un choque de trenes del que no saldrá
vivo nadie.
Hay pocas oportunidades de trabajo y una vez
mas, nos estamos cargando lo que hay.
La escalada está en pleno arranque, los
bailarines, presentadores, músicos y artistas en general han fijado el listón
de sus Caches tan alto, que ya no se puede pagar. Las competiciones han
empezado un verdadero maratón de quien da mas. Premios desorbitados que solo
cierran puertas. Si no igualas tu premio, no voy. Patrocinios imposibles, a
nivel de atletas olímpicos y un sin fin mas de despropósitos, que solo restan a
un colectivo, que debería valorar mas el esfuerzo y el buen hacer, que el
dinero.
Como suelo decir, todos tenemos que comer, el
dinero es necesario, pero donde queda:
AMO EL BAILE, AMO SER ARTISTA, TE
REGALO UN POCO DE MI ARTE PARA QUE TU TAMBIÉN LO DISFRUTES.
A veces soy un poco bruja, los que me
conocen, saben que mis predicciones se suelen cumplir, no me gusta ser
alarmista, pero en ocasiones como esta, veo con claridad que si no usamos un
poco mejor la cabeza vamos a romper otra vez la baraja.
El Baile está pasando uno de sus peores
momentos en este país, eso es una realidad, pero yo me planteo si por fin nos
vamos a despertar y vamos a luchar por afianzar el sector, vamos a luchar por
mejores bailarines, con mejor técnica y mejores pasos, vamos a luchar por hacer
que el colectivo sea valorado y que eso genere puestos de trabajo.
Vamos a luchar por nosotros, creando afición
desde pequeños y fomentando que los jóvenes quieran bailar. Que la gente quiera
volver a ver espectáculos de baile donde se valore la calidad del baile, no
cuantas pantallas, laseres y demás hay en el escenario.
No somos escenografía, somos profesionales
que luchamos mucho, que trabajamos duro para ser buenos y eso es lo que se debe
valorar.
Vamos a luchar por ser valorados como
merecemos, o solo vamos a luchar por ganar dinero a cualquier precio.
Yo estoy a favor del buen bailarín, pero también valoro el aficionado a las artes. No todo el mundo puede ser “Elite”, el resto de la humanidad también tiene su sitio y debe ser valorado igualmente el que ama ver un espectáculo y paga una entrada, el que baila porque le gusta, el que hace un evento con lo que tiene y el que ofrece sus conocimientos para que no se pierdan formas de danza que ya casi no se bailan.
Esta gente son los verdaderos “Héroes” de las
artes. Competir por un premio millonario es un bonito estimulo, pero cuando
llevas diez competiciones y ves que siempre ganan los mismos, dejas de
intentarlo. Te frustras y orientas tu vida hacia otra cosa.
Esos héroes anónimos, en cambio, siguen allí,
día tras día, inmunes al desaliento, solo porque es lo que de verdad aman.
Yo te pregunto: ¿Tu de que tipo eres? de los
que están en la cresta de la ola, mientras un billete cuelga delante de tus
narices, o de los que pase lo que pase, no se rinden.
YO ELEGI EL BAILE COMO FORMA DE VIDA, LUCHO POR MIS SUEÑOS Y SEGUIRÉ
LUCHANDO POR MUCHO QUE A LOS DEMAS LES PESE.
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