Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



domingo, 14 de febrero de 2016

HISTORIAS PARA PENSAR – LA DANZA



 
Os quiero contar una historia, es algo que algunos hemos vivido, otros lo estáis viviendo en estos momentos. Espero que los mas listos sepan entender la moraleja y les haga reflexionar.

Un poco de Memoria Histórica


Hace mas de 20 años la Danza en España estaba en su mejor momento. Había trabajo para todos y la gente que se quería ganar la vida en este sector, podía comer sin problemas.

Un grupo de personas, cargos políticos y personas con peso en los estamentos, decidieron darle un nuevo rumbo a la Danza en España, bajo el nombre de “Una Ley de la Calidad”, crearon un nuevo marco jurídico que, según ellos, mejoraría el sector.

Estas leyes impulsaba y premiaba solo a los mejores, dejando de lado a un montón de personas que amaban el baile, pero que nunca hubiesen sido “Esa Estrellita tan buscada”


En aquel momento eran miles las personas que vivían de este sector artístico, Escuela, Bailarines, Maestros, Teatros, Salas, Técnicos, Conserjes, Limpiadores, Campañas Publicitarias, Asociaciones, Eventos, Costureras, Zapateros...... puedo seguir enumerando los que directa o indirectamente se beneficiaban de este sector, los que vivían de que la gente quisiera ver Danza.

Unos pocos alzamos nuestra voz en reuniones, asambleas y en cuantos sitios nos permitieron hablar. El mensaje era muy claro “Esto no va a funcionar”. Se nos permitía hablar, pero nadie nos escucho.

Igual que un vidente con su bola de cristal, los que estábamos en contacto con esa gente normal, que ama la danza, veíamos con claridad, que todas esas medidas iban a perjudicar mas que ayudar a ese sector que tanto amábamos.

Poco a poco la gente se fue frustrando, el listón era demasiado alto para acceder a las pocas plazas de los conservatorios y las escuelas privadas se iban cerrando. Las asociaciones ya casi no tenían miembros y los pocos que aguantaban no veían salidas posibles.

Entre todos habíamos creado un colectivo de trabajadores, artistas, maestros y demás oficios, gente a las que se les había prometido alcanzar el cielo, les habíamos cerrado las puertas en las narices.

 

Estos años, hemos visto como, poco a poco, la llama de la danza se iba apagando. Los niños ya no querían bailar ni ver Ballets. En las escuelas, no solo dábamos clases, además fomentábamos que la gente de la calle amara el baile, creábamos espectadores para ese sector que estaba perdiendo interés.

La Danza Española moría sin remedio, los niñ@s ya no querían hacer ballet y las Escuela, Teatros y demás lugares de difusión se quedaban vacíos.


La televisión vino al rescate de un sector agonizante. Los programas de Baile hicieron la labor de difusión, que antes hacían Escuelas y Teatros. Primero fue el Baile de Salón y luego el Baile Moderno en todos sus estilos, los que salieron beneficiados.

La gente volvió a querer bailar, pero con una visión algo distorsionada de la actividad. Estos programas daban un concepto muy efímero del baile, la gente llegó a pensar que con unas pocas horas, ya podías ser un bailarín y eso era una gran mentira.

Las escuelas se llenaron de bailarines improvisados, de un par de meses “y ya” y de maestros cuya experiencia docente era cuanto menos “muy limitada”.

Había un clamor generalizado entre las Compañías de Danza, los Bailarines ya no saben bailar, falta técnica.

Poco a poco los mas válidos se fueron marchando, otros cambiaron de oficio, el sector se estaba deshaciendo sin remedio.

Por mucho que los políticos intenten reglar la vida, el arte siempre ha sido y será libre. No se puede poner reglas a la creatividad.

El sector de la danza debía reinventarse o morir. Todos buscamos nuevos caminos, nuevos o viejos sectores de la danza, en los que movernos y en los que desarrollar nuestra labor.

El Mundo Urbano se puso de moda. Para los que han vivido este colectivo de siempre, resultaba casi un insulto. ¿Que venía a hacer tanta gente nueva a invadir lo que era su coto particular? Para muchos es solo una moda pasajera, para otros una vía de salida a un sector en punto muerto.

La verdad es que se le dio a la Cultura Urbana una visibilidad pública que nunca había tenido. Eso hizo que entrara en valor, que se empezara a considerar como un arte, a la altura de muchos otros estilos. Eso es bueno, pero como todo progreso llegan los inconvenientes.

El Mundo Urbano, underground por costumbre, renace con aspiraciones nuevas. Algunos desean ser respetados, otros poderse ganar la vida, la mayoría solo quiere disfrutar del baile, la música o lo que sea que les guste.

Es un sector en auge, y como tal, se puede vender. Esa forma de pensar tan positiva de “Bailo porque me gusta”, se convierte en “¿Cuanto me pagas para que baile?”.

Estoy de acuerdo con el movimiento que está en contra de que todo sea gratis, creo que el trabajo debe ser valorado y pagado en su justa medida, pero la pregunta es ¿Cual es la medida?

Este sector es el fiel reflejo de nuestra sociedad: QUIERO TRABAJAR POCO Y GANAR MUCHO

Tal vez yo sea la trabajadora mas tonta del mundo, pero no conozco ningún trabajo LEGAL, donde se gane mucho dinero sin esforzarse.

Una vez mas, la codicia está haciendo mella en un sector artístico, pero esta vez, es un choque de trenes del que no saldrá vivo nadie.

Hay pocas oportunidades de trabajo y una vez mas, nos estamos cargando lo que hay.
 

La escalada está en pleno arranque, los bailarines, presentadores, músicos y artistas en general han fijado el listón de sus Caches tan alto, que ya no se puede pagar. Las competiciones han empezado un verdadero maratón de quien da mas. Premios desorbitados que solo cierran puertas. Si no igualas tu premio, no voy. Patrocinios imposibles, a nivel de atletas olímpicos y un sin fin mas de despropósitos, que solo restan a un colectivo, que debería valorar mas el esfuerzo y el buen hacer, que el dinero.



Como suelo decir, todos tenemos que comer, el dinero es necesario, pero donde queda:

AMO EL BAILE, AMO SER ARTISTA, TE REGALO UN POCO DE MI ARTE PARA QUE TU TAMBIÉN LO DISFRUTES.

 
A veces soy un poco bruja, los que me conocen, saben que mis predicciones se suelen cumplir, no me gusta ser alarmista, pero en ocasiones como esta, veo con claridad que si no usamos un poco mejor la cabeza vamos a romper otra vez la baraja.

El Baile está pasando uno de sus peores momentos en este país, eso es una realidad, pero yo me planteo si por fin nos vamos a despertar y vamos a luchar por afianzar el sector, vamos a luchar por mejores bailarines, con mejor técnica y mejores pasos, vamos a luchar por hacer que el colectivo sea valorado y que eso genere puestos de trabajo.

 
Vamos a luchar por nosotros, creando afición desde pequeños y fomentando que los jóvenes quieran bailar. Que la gente quiera volver a ver espectáculos de baile donde se valore la calidad del baile, no cuantas pantallas, laseres y demás hay en el escenario.

No somos escenografía, somos profesionales que luchamos mucho, que trabajamos duro para ser buenos y eso es lo que se debe valorar.

Vamos a luchar por ser valorados como merecemos, o solo vamos a luchar por ganar dinero a cualquier precio.

Yo estoy a favor del buen bailarín, pero también valoro el aficionado a las artes. No todo el mundo puede ser “Elite”, el resto de la humanidad también tiene su sitio y debe ser valorado igualmente el que ama ver un espectáculo y paga una entrada, el que baila porque le gusta, el que hace un evento con lo que tiene y el que ofrece sus conocimientos para que no se pierdan formas de danza que ya casi no se bailan.


Esta gente son los verdaderos “Héroes” de las artes. Competir por un premio millonario es un bonito estimulo, pero cuando llevas diez competiciones y ves que siempre ganan los mismos, dejas de intentarlo. Te frustras y orientas tu vida hacia otra cosa.

Esos héroes anónimos, en cambio, siguen allí, día tras día, inmunes al desaliento, solo porque es lo que de verdad aman.

Yo te pregunto: ¿Tu de que tipo eres? de los que están en la cresta de la ola, mientras un billete cuelga delante de tus narices, o de los que pase lo que pase, no se rinden.

 

YO ELEGI  EL BAILE COMO FORMA DE VIDA, LUCHO POR MIS SUEÑOS Y SEGUIRÉ LUCHANDO POR MUCHO QUE A LOS DEMAS LES PESE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario