El baile es una actividades muy
recomendables a cualquier edad. Hace años eran raras las niñas que no iban a
baile, se decía que la danza aportaba armonía a los movimientos, les enseñaba
disciplina, sentido de la responsabilidad, sentido del ritmo, coordinación y un
sin fin mas de beneficios.
Durante años las escuelas estuvieron
llenas de niñas con moñito que soñaban con ser artistas. La que no deseaba ser bailarina de Ballet
quería bailar Danza española, pero su sueño era bailar.
Casi todas las escuelas nos dedicábamos
a preparar algún tipo de examen de Danza. Era algo muy positivo, no porque
realmente las niñas fuesen a acabar siendo bailarinas, si no, porque era un
incentivo para hacer un buen trabajo, y para los niños, era una forma de
hacerles aceptar esa disciplina, que conllevaba la actividad.
Era un modelo social diferente donde
ser artista no era bien visto, pero se reconocían los beneficios de una
formación artística.
Poco a poco la actividad se fue
abriendo a los chicos, sexo masculino, y con ellos, vino una autentica
revolución. Hasta ese momento eran pocos los chicos que bailaban, los pocos que
lo hacían debían luchar contra los estereotipos sociales y las criticas y
burlas de sus compañeros y amigos.
Era una verdadera paradoja si pensamos
que, en una sociedad, en aquel entonces, bastante machista, las grandes figuras
de la Danza eran casi siempre hombres.
Los que tenemos escuelas sabemos que
los profesores tienen un gancho especial, formar a un bailarín siempre es mas
fácil y satisfactorio, que intentar lanzar a una bailarina. Entonces ....
¿Porque ese rechazo a los hombres que bailan? Yo creo que eran mitos sociales,
el bailarín era asociado a la homosexualidad, por eso se rechazaba la idea de
un hijo bailarín. Ese estereotipo todavía hoy planea sobre algunas familias,
pero por suerte la sociedad se va dando cada vez mas cuenta que la sexualidad
no depende de hacer demipies o piruetas, es una opción personal y por mas
Karate y Judo que se haga no va a cambiar.
El cambio social, las nuevas
influencias musicales y desde luego, los medios de comunicación, abrieron el
camino a nuevos estilos de danza como el baile moderno, en todas sus
variedades. Surgieron en las academias nuevos estilos de danza algo menos regladas,
que invadieron el mercado, desplazando al ballet y a la danza española.
Los cambios sociales han hecho que la
danza se vea con otros ojos, ya no se plantea como una actividad didáctica en
el mas amplio sentido de la palabra. Las clases de baile de alguna manera se
han vuelto un aparcaniños, igual que las actividades extraescolares, las
familias utilizan estas clases para tener a sus hijos ocupados el mayor numero
de horas posible.
Las familias, cada vez mas estresadas,
han desenfocado algunos valores implícitos en las clases de danza, si el niñ@
está entretenido es suficiente. Personalmente no creo que esa forma de pensar
sea positiva.
El cambio social, en todos los ámbitos
de la sociedad, ha llevado a esa evolución, menos reglas, menos presión, menos
estrés. O por lo menos, es como se nos ha vendido, y las escuelas, nos hemos
tenido que adaptar a esas normas de convivencia, abrir clases light donde los
niños juegan se divierten y a malas penas, logras enseñarles algo.
Cada edad tiene sus necesidades, el desarrollo
emocional y físico del niño tiene sus pautas, eso es innegable, pero ese poco
de disciplina y seriedad que se aprendía en el baile, no creo que fuera algo
malo. El niño tiene que divertirse, pero también en su etapa de aprendizaje, se
tiene que enfrentar a retos, algunas veces a la frustración y el deber de los
padres y de los maestros, es ayudarles en esa travesía, que se de cuenta que
algo difícil debe ser un reto de superación, no algo imposible que, ante el
mínimo escolio, algo a abandonar.
Cada semana, oigo los mismos
comentarios a esos papas abnegados que solo desean lo mejor para sus hijos,
esto no es como el cole, no es obligatorio, si no quiere que no lo haga, o peor
todavía, que decida él o ella si le apetece, porque claro, esto no es el cole,
no es obligatorio. Estamos hablando de niños y niñas de una cortísima edad con
poder de decisión en sus familias. Niños que son conscientes de su poder y
manejan a su antojo la situación.
Está claro que el baile debe ser
divertido, como os decía en mi anterior artículo, una mala experiencia puede
hacer que alguien odie bailar para siempre, pero para eso deben ser los padres
los que tomen cartas en el asunto, aprendan unas sencillas reglas de
evaluación, a la hora de elegir la actividad que mas conviene a sus hijos, y
luego se mantengan firmes en su elección.
El concepto de “compromiso”, si has
empezado algo acábalo, creo que es algo positivo que hay que rescatar como uno
de los valores bandera de esta sociedad en la que todo vale.
No me voy a enrollar mas con mis
reflexiones sociales. En este artículo, os quiero dar unas sencillas pautas
para que a la hora de elegir la actividad de vuestros chavales acertéis y pueda
ser algo beneficioso.
Como siempre que se inicia una
actividad hay que tener en cuenta varios factores:
¿QUE EDAD TIENE EL NIÑO O LA NIÑA?
Debemos tener en cuenta cual es nuestra
edad, a la hora de elegir nuestro estilo de danza, porque la movilidad y la
resistencia física varía a lo largo de nuestra vida.
Los niños entre 3 y 5 años deben fomentar la psicomotricidad, la orientación espacial y el
sentido del ritmo.
Las pautas de desarrollo, en la
primera etapa de la vida, son unisex, niños y niñas tienen las mismas
necesidades a nivel ritmo, coordinación, orientación espacial y dinámicas sociales
(Como relacionarse con otros niños). No os confundáis, no digo que todos los
niños sean iguales, cada niño es un mundo, hablo de sus necesidades de
evolución.
El aprendizaje de la danza debe
ser hecho a través de juegos e historias. Debe ser divertido y desarrollar la
imaginación del niño, a la vez que se le están dando pautas de movimiento.
No todos los profesores saben
trabajar con niños tan pequeños, es un trabajo mas de pedagogos que de
bailarines, por lo que es necesario seleccionar bien, a la persona que está con
nuestros hijos.
Entre los 6 y los 8 años se sientan las bases para las actividades de adulto. Hacer que en
esa etapa, el niño coja gusto por la danza, hará que siga bailando. Se debe
cuidar especialmente la elección de la actividad en esa etapa de la vida,
puesto que el niño ya empieza a definir sus preferencias. Físicamente aun no se
le debe enfrentar a una disciplina estricta, pero ya pasó la etapa de “solo
juegos”, es uno de los períodos mas difíciles, puesto que los niños se cansan con
frecuencia y no es fácil que sigan bailando en esa etapa.
Los niños a partir de los 5 años entran
en la fase de “pruebo a mis padres”, el desafío es constante y en todos los
ámbitos de la vida, las actividades no son exentas de ese reto.
Ese es el momento de la famosa frase
“Me quiero desapuntar”, si los padres están seguros de la
actividad que han elegido, es el momento de la disciplina “Te has comprometido, tienes que acabar el curso”. En un 90% de los casos esa oposición inicial a ir a clase, desaparece al ver que la presión no surte efecto. Es normal que los niños prefieran estar jugando, en el parque o viendo la tele antes de hacer algo que les supone un esfuerzo, pero creo que es el deber de los padres, hacer que no sean niños sedentarios y que para su futura vida, prefieran el ejercicio físico a los videojuegos o el móvil.
actividad que han elegido, es el momento de la disciplina “Te has comprometido, tienes que acabar el curso”. En un 90% de los casos esa oposición inicial a ir a clase, desaparece al ver que la presión no surte efecto. Es normal que los niños prefieran estar jugando, en el parque o viendo la tele antes de hacer algo que les supone un esfuerzo, pero creo que es el deber de los padres, hacer que no sean niños sedentarios y que para su futura vida, prefieran el ejercicio físico a los videojuegos o el móvil.
Es una época de ensayo y error, deberán
descubrirse a si mismos, pero la libertad total de tomar o dejar cualquier cosa
no es nada buena. En esta etapa de la vida se graban a fuego en nuestro cerebro
las pautas de lo que mas adelante serán nuestros frenos inhibidores, esas cosas
que se aprenden en casa de pequeños y nos acompañan toda la vida. El baile debe
ser un refuerzo positivo a ese aprendizaje, no una pauta mas de descontrol.
A partir de los 9 años se abre un abanico mucho mas amplio de estilos de baile, que
igual que para los adultos, varía según el carácter del niño o la niña.
Es otra etapa de continuos cambios, la
pubertad es un momento de revolución hormonal que llega a las niñas antes que a
los niños, pero que nadie se libra.
Los amigos tiran mucho y a los chicos
les apetece mas salir que ir a clase. Las academias se vuelven una especie de
club social, si haces amigos vas a clase, si no lo dejas.
Eso es ley de vida, en la
profesión siempre se ha dicho que si logras que un alumno se enganche a bailar
antes de los catorce, esa persona tiene una posibilidad de continuar, si no lo
dejará irremediablemente.
Los estudios,
las presiones sociales, primeros noviazgos y una gran dosis de vaguearía
asociada a la edad, harán que las aficiones se pongan en duda y muchos chicos
deciden dejar el baile.
NUEVAS TENDENCIAS, UN PELIGRO POTENCIAL
Estos últimos
años han surgido una infinidad de nuevos estilos de danza, sobre todo en el
baile Moderno.
Al Funky, le
han seguido el Hip Hop, Lookig, Popping y Break Dance, estos últimos años han
cogido fuerza el Vogue, Dancehool, Reguetón y recientemente el Twerking.
La influencia de los medios de
comunicación y las redes sociales, han hecho que estilos de baile de dudosa
moralidad, sean asequible a niños y niñas demasiado jóvenes.
Estamos viviendo una sociedad en
la que todo vale, hablar de moralidad es criticado, pero yo, es un termino que
defiendo, no por ninguna tendencia religiosa, si no como una defensa del
menor.
En esa edad
adolescente, donde las hormonas andan revolucionadas y el único deseo es la
experimentación, los docentes, somos una parte importante a la hora de crear
esos límites éticos, de definir lo que está bien o está mal.
En las escuelas, llevan algunos
años pidiendo clases de Pooldance, Dancehool y Twerkin, lo malo es que no lo
piden solo adultos, nos lo piden niñas que acaban de nacer.
Personalmente, no veo bien ese
tipo de actividades en chavalines tan pequeños.
A muchos padres, los nombres de
estilos de baile que estoy escribiendo, les sonarán a chino, es normal, son
estilos nuevos que se están imponiendo en los últimos años, pero es importante
que los padres conozcan estos nombres y sepan donde se meten sus hijos.
Este articulo ya es muy largo, y
hablar de cada una de estas modalidades, sería interminable, así que les invito
a leer los siguientes artículos donde iré analizando estilos de baile, entre
otros, estas nuevas tendencias, y así podréis juzgar por vosotros mismos, que es
a adecuado o no, para vuestros hijos.
No me mal interpretéis, el baile
moderno tiene cosas muy buenas, pero cada estilo de baile es para una edad y un
contexto, los
niños no deben tener acceso a cosas que no van con su edad. Yo creo que hay que
dejar que los chicos y chicas tengan infancia y adolescencia, los cambios
sociales hacen que tengan acceso a mucha información, pero está en manos de los
padres y profesores decir:
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