Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



martes, 1 de marzo de 2016

LA DANZA PARA LOS NIÑOS

El baile es una actividades muy recomendables a cualquier edad. Hace años eran raras las niñas que no iban a baile, se decía que la danza aportaba armonía a los movimientos, les enseñaba disciplina, sentido de la responsabilidad, sentido del ritmo, coordinación y un sin fin mas de beneficios.
 
 
Durante años las escuelas estuvieron llenas de niñas con moñito que soñaban con ser artistas.  La que no deseaba ser bailarina de Ballet quería bailar Danza española, pero su sueño era bailar.
 
 
Casi todas las escuelas nos dedicábamos a preparar algún tipo de examen de Danza. Era algo muy positivo, no porque realmente las niñas fuesen a acabar siendo bailarinas, si no, porque era un incentivo para hacer un buen trabajo, y para los niños, era una forma de hacerles aceptar esa disciplina, que conllevaba la actividad.
 
 
Era un modelo social diferente donde ser artista no era bien visto, pero se reconocían los beneficios de una formación artística.
 
 
Poco a poco la actividad se fue abriendo a los chicos, sexo masculino, y con ellos, vino una autentica revolución. Hasta ese momento eran pocos los chicos que bailaban, los pocos que lo hacían debían luchar contra los estereotipos sociales y las criticas y burlas de sus compañeros y amigos.
 
 
Era una verdadera paradoja si pensamos que, en una sociedad, en aquel entonces, bastante machista, las grandes figuras de la Danza eran casi siempre hombres.
 
 
Los que tenemos escuelas sabemos que los profesores tienen un gancho especial, formar a un bailarín siempre es mas fácil y satisfactorio, que intentar lanzar a una bailarina. Entonces .... ¿Porque ese rechazo a los hombres que bailan? Yo creo que eran mitos sociales, el bailarín era asociado a la homosexualidad, por eso se rechazaba la idea de un hijo bailarín. Ese estereotipo todavía hoy planea sobre algunas familias, pero por suerte la sociedad se va dando cada vez mas cuenta que la sexualidad no depende de hacer demipies o piruetas, es una opción personal y por mas Karate y Judo que se haga no va a cambiar.
 
 
El cambio social, las nuevas influencias musicales y desde luego, los medios de comunicación, abrieron el camino a nuevos estilos de danza como el baile moderno, en todas sus variedades. Surgieron en las academias nuevos estilos de danza algo menos regladas, que invadieron el mercado, desplazando al ballet y a la danza española.

 
Los cambios sociales han hecho que la danza se vea con otros ojos, ya no se plantea como una actividad didáctica en el mas amplio sentido de la palabra. Las clases de baile de alguna manera se han vuelto un aparcaniños, igual que las actividades extraescolares, las familias utilizan estas clases para tener a sus hijos ocupados el mayor numero de horas posible.
 
 
Las familias, cada vez mas estresadas, han desenfocado algunos valores implícitos en las clases de danza, si el niñ@ está entretenido es suficiente. Personalmente no creo que esa forma de pensar sea positiva.
 
 
El cambio social, en todos los ámbitos de la sociedad, ha llevado a esa evolución, menos reglas, menos presión, menos estrés. O por lo menos, es como se nos ha vendido, y las escuelas, nos hemos tenido que adaptar a esas normas de convivencia, abrir clases light donde los niños juegan se divierten y a malas penas, logras enseñarles algo.
 
Cada edad tiene sus necesidades, el desarrollo emocional y físico del niño tiene sus pautas, eso es innegable, pero ese poco de disciplina y seriedad que se aprendía en el baile, no creo que fuera algo malo. El niño tiene que divertirse, pero también en su etapa de aprendizaje, se tiene que enfrentar a retos, algunas veces a la frustración y el deber de los padres y de los maestros, es ayudarles en esa travesía, que se de cuenta que algo difícil debe ser un reto de superación, no algo imposible que, ante el mínimo escolio, algo a abandonar.
 
 
Cada semana, oigo los mismos comentarios a esos papas abnegados que solo desean lo mejor para sus hijos, esto no es como el cole, no es obligatorio, si no quiere que no lo haga, o peor todavía, que decida él o ella si le apetece, porque claro, esto no es el cole, no es obligatorio. Estamos hablando de niños y niñas de una cortísima edad con poder de decisión en sus familias. Niños que son conscientes de su poder y manejan a su antojo la situación.
 
 
Está claro que el baile debe ser divertido, como os decía en mi anterior artículo, una mala experiencia puede hacer que alguien odie bailar para siempre, pero para eso deben ser los padres los que tomen cartas en el asunto, aprendan unas sencillas reglas de evaluación, a la hora de elegir la actividad que mas conviene a sus hijos, y luego se mantengan firmes en su elección.
 
 
El concepto de “compromiso”, si has empezado algo acábalo, creo que es algo positivo que hay que rescatar como uno de los valores bandera de esta sociedad en la que todo vale.
 
 
No me voy a enrollar mas con mis reflexiones sociales. En este artículo, os quiero dar unas sencillas pautas para que a la hora de elegir la actividad de vuestros chavales acertéis y pueda ser algo beneficioso.
 
Como siempre que se inicia una actividad hay que tener en cuenta varios factores:
 
 
 
¿QUE EDAD TIENE EL NIÑO O LA NIÑA?
 
Debemos tener en cuenta cual es nuestra edad, a la hora de elegir nuestro estilo de danza, porque la movilidad y la resistencia física varía a lo largo de nuestra vida.

 
Los niños entre 3 y 5 años deben fomentar la psicomotricidad, la orientación espacial y el sentido del ritmo.
Las pautas de desarrollo, en la primera etapa de la vida, son unisex, niños y niñas tienen las mismas necesidades a nivel ritmo, coordinación, orientación espacial y dinámicas sociales (Como relacionarse con otros niños). No os confundáis, no digo que todos los niños sean iguales, cada niño es un mundo, hablo de sus necesidades de evolución.
 
 
El aprendizaje de la danza debe ser hecho a través de juegos e historias. Debe ser divertido y desarrollar la imaginación del niño, a la vez que se le están dando pautas de movimiento.
 
 
No todos los profesores saben trabajar con niños tan pequeños, es un trabajo mas de pedagogos que de bailarines, por lo que es necesario seleccionar bien, a la persona que está con nuestros hijos.
 
Entre los 6 y los 8 años se sientan las bases para las actividades de adulto. Hacer que en esa etapa, el niño coja gusto por la danza, hará que siga bailando. Se debe cuidar especialmente la elección de la actividad en esa etapa de la vida, puesto que el niño ya empieza a definir sus preferencias. Físicamente aun no se le debe enfrentar a una disciplina estricta, pero ya pasó la etapa de “solo juegos”, es uno de los períodos mas difíciles, puesto que los niños se cansan con frecuencia y no es fácil que sigan bailando en esa etapa.
 
 
Los niños a partir de los 5 años entran en la fase de “pruebo a mis padres”, el desafío es constante y en todos los ámbitos de la vida, las actividades no son exentas de ese reto.
 
 
Ese es el momento de la famosa frase “Me quiero desapuntar”, si los padres están seguros de la

actividad que han elegido, es el momento de la disciplina “Te has comprometido, tienes que acabar el curso”. En un 90% de los casos esa oposición inicial a ir a clase, desaparece al ver que la presión no surte efecto. Es normal que los niños prefieran estar jugando, en el parque o viendo la tele antes de hacer algo que les supone un esfuerzo, pero creo que es el deber de los padres, hacer que no sean niños sedentarios y que para su futura vida, prefieran el ejercicio físico a los videojuegos o el móvil.
Es una época de ensayo y error, deberán descubrirse a si mismos, pero la libertad total de tomar o dejar cualquier cosa no es nada buena. En esta etapa de la vida se graban a fuego en nuestro cerebro las pautas de lo que mas adelante serán nuestros frenos inhibidores, esas cosas que se aprenden en casa de pequeños y nos acompañan toda la vida. El baile debe ser un refuerzo positivo a ese aprendizaje, no una pauta mas de descontrol.
 
A partir de los 9 años se abre un abanico mucho mas amplio de estilos de baile, que igual que para los adultos, varía según el carácter del niño o la niña.
 
 
Es otra etapa de continuos cambios, la pubertad es un momento de revolución hormonal que llega a las niñas antes que a los niños, pero que nadie se libra.
 
 
Los amigos tiran mucho y a los chicos les apetece mas salir que ir a clase. Las academias se vuelven una especie de club social, si haces amigos vas a clase, si no lo dejas.
 
 
Eso es ley de vida, en la profesión siempre se ha dicho que si logras que un alumno se enganche a bailar antes de los catorce, esa persona tiene una posibilidad de continuar, si no lo dejará irremediablemente.
 
Los estudios, las presiones sociales, primeros noviazgos y una gran dosis de vaguearía asociada a la edad, harán que las aficiones se pongan en duda y muchos chicos deciden dejar el baile.
 

NUEVAS TENDENCIAS, UN PELIGRO POTENCIAL

 
Estos últimos años han surgido una infinidad de nuevos estilos de danza, sobre todo en el baile Moderno.
 
 
Al Funky, le han seguido el Hip Hop, Lookig, Popping y Break Dance, estos últimos años han cogido fuerza el Vogue, Dancehool, Reguetón y recientemente el Twerking.
 


La influencia de los medios de comunicación y las redes sociales, han hecho que estilos de baile de dudosa moralidad, sean asequible a niños y niñas demasiado jóvenes.
 
 
Estamos viviendo una sociedad en la que todo vale, hablar de moralidad es criticado, pero yo, es un termino que defiendo, no por ninguna tendencia religiosa, si no como una defensa del menor.
 
 
 
En esa edad adolescente, donde las hormonas andan revolucionadas y el único deseo es la experimentación, los docentes, somos una parte importante a la hora de crear esos límites éticos, de definir lo que está bien o está mal.
 
 
En las escuelas, llevan algunos años pidiendo clases de Pooldance, Dancehool y Twerkin, lo malo es que no lo piden solo adultos, nos lo piden niñas que acaban de nacer.
 
 
Personalmente, no veo bien ese tipo de actividades en chavalines tan pequeños.
 
 
A muchos padres, los nombres de estilos de baile que estoy escribiendo, les sonarán a chino, es normal, son estilos nuevos que se están imponiendo en los últimos años, pero es importante que los padres conozcan estos nombres y sepan donde se meten sus hijos.
 
 
Este articulo ya es muy largo, y hablar de cada una de estas modalidades, sería interminable, así que les invito a leer los siguientes artículos donde iré analizando estilos de baile, entre otros, estas nuevas tendencias, y así podréis juzgar por vosotros mismos, que es a adecuado o no, para vuestros hijos.
 
 
No me mal interpretéis, el baile moderno tiene cosas muy buenas, pero cada estilo de baile es para una edad y un contexto, los niños no deben tener acceso a cosas que no van con su edad. Yo creo que hay que dejar que los chicos y chicas tengan infancia y adolescencia, los cambios sociales hacen que tengan acceso a mucha información, pero está en manos de los padres y profesores decir:
 

NO ESTO NO ES PARA TI, CUANDO SEAS MAS MAYOR YA VEREMOS

 

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