Ayer entré en Facebook y vi una publicación,
era Pilar Azorín que recordaba el 15 aniversario de la muerte de su padre, el Maestro
Pedro Azorín. El 16 de Noviembre es un día negro en el que recordamos la
perdida de varias figuras de la danza. Es una generación de artistas que nos
van abandonando, es ley de vida, pero la gente de mi quinta, que hemos estudiado y
trabajado con ellos, lo vivimos con mucha pena, pero como es lógico, algunas
personas te tocan mas de cerca.
Yo debo reconocer que Pedro Azorín para mi es
alguien muy especial, fui alumna suya cuando era casi una niña y unos años
después retomamos el contacto y se vino a mi escuela, donde compartimos una
larga temporada de trabajo y creatividad.
PEDRO AZORIN
Para el que no le haya conocido era un gran
Maestro y Coreógrafo, Maestro de Maestros, innumerables generaciones de
profesionales de la danza, han pasado por sus aulas, ha coreografiado Jotas Aragonesas en
las mejores compañías y enseñado a profesionales de todo el mundo.
Para los que le conocíamos de cerca era
un hombre de fachada altiva y dura, chapado a la antigua, su sola presencia
imponía. Era fachada, tras ella se escondía un hombre con un corazón inmenso
que no le cabía en el pecho, un gran padre y marido fiel, que adoraba a su
familia, para él era lo primero. Una persona que, a pesar de su relevancia
pública, nunca perdió su modestia, era muy tímido, no le gustaban las
apariciones públicas.
Yo recuerdo que después de cada espectáculo
debíamos preparar que alguien le sacara al escenario para recibir sus merecidos
aplausos, por que él no quería ese momento de popularidad.
Le recuerdo entre cajas, viviendo esos
momentos como los vive cualquier profesor responsable, con nervios por un
trabajo bien hecho, que en ese momento, está en manos de tus discípulos. Siempre
con sus castañuelas en las manos para guiar el compás y con la tensión a flor
de piel. Estaba pendiente de cada detalle viviéndolos como si él bailara cada
paso de los que se estaban ejecutando en el escenario, dirigía magistralmente
hasta los saludos finales y en ese momento, su instinto era dar un paso atrás y
alejarse del escenario, como para decir “Ya está, he terminado”, era el momento
de tirar de él y sacarle al escenario, una breve reverencia y se marchaba lo
mas rápido posible.
Su trabajo era único, poca gente era capaz de
crear pasos y darles tanto movimiento como lo hacía él. El sentido del espacio
y de la unidad de grupo, tal vez heredado por la su contacto con la generación
de la “Sección Femenina”, era magistral. Filas, cruces círculos y aspas debían
ser perfectos o no le valían. Le recuerdo con ese tono solemne que él tenía,
acercándose a alguien que sobresalía de una fila y con la castañuela le tocaba
el hombro o ese brazo fuera de lugar, era un gesto muy suyo, las castañuelas
eran su medio de expresión, hasta en esos momentos de correcciones.
Era meticuloso hasta el infinito,
incansable y exigente, pero si hacía falta, salía el Pedro humano, cercano y
comprensivo. Era capaz de dejar de lado esa fachada para ser un amigo y hasta
un padre en algunos momentos. Le recuerdo sentado en la recepción de mi escuela
compartiendo ese rato de relax con nuestras alumnas y con migo, con “Sus
Gambinitas” como él las llamaba, haciendo proyectos, planeando las siguientes
coreografías y contándonos anécdotas de su vida. Los viernes en Gambini eran
días mágicos, días especiales en los que la escuela se llenaba de su energía.
El Maestro Azorín siempre daba clases con sus
cintas de radiocasset, pasaban los años, entraba la era digital y él seguía con
esas cintas ya raídas, que las dejaba de lado solo cuando él mismo se ponía
cantar una jota. Era un hombre muy cabezota y por mas que se le dijera no había
manera de hacer que evolucionara. Como es lógico, no siempre se podía actuar
con Rondalla y los Teatros ya no funcionaban con cintas, el cambio ya era
obligado, en la escuela decidimos regalarle un reproductor de CD con las
grabaciones de sus cintas digitalizadas, para que pudiera hacer ese cambio sin
grandes traumas. Era un hombre inteligente y sabía que no le quedaba mas
remedio, pero ese día salió el niño enfadado que llevaba dentro. Ese
reproductor acabó siendo su fiel compañero de fatigas y con él dio clases hasta
sus últimos momentos.
Para los que le queríamos, fue muy duro ver
como, ese torbellino de energía, se apagaba victima de una implacable
enfermedad que se lo llevó en unos meses.
Yo le vi en junio, a finales de Septiembre
recibí una llamada suya diciéndome que no se sentía con fuerzas para continuar
dando clase. En aquel momento yo no sabía la gravedad de su estado, ni lo
avanzada que estaba ya su enfermedad, en Noviembre nos dejó.
Para los que le queríamos fue un golpe duro
del que todavía quedan secuelas, a pesar de haber seguido en contacto con
ellas, no puedo ni imaginar lo que fue para sus hijas y su mujer esos últimos
momentos.
Se que él las quería muchísimo y que amaba su
profesión, había sido un luchador, que desde sus comienzos mas espartanos en
Aragón, había venido a Madrid para poder crecer personal y profesionalmente.
Dejó una gran huella en generaciones enteras, y a pesar del momento tan
precario que pasa la Danza en estos tiempos, se le recuerda como una gran
figura que ha hecho historia.
Yo quiero recordar algunas de las últimas
actuaciones, coreografías que montó para mis chicos y que guardo como un
tesoro. Son grabaciones antiguas cuya imagen no es buena, pero para mi son
grandes recuerdos tanto por el tiempo que pasamos preparando esos espectáculos
como por el resultado de su trabajo.
Guardo en mis archivos imágenes de sus jotas
que espero algún día se puedan remasterizar y sacar como un documento histórico
de su trabajo, es un proyecto que llevo años deseando llevar a cabo y tal vez
se vaya acercando el momento de hacerlo.
Para los amantes de la Jota Aragonesa estos son algunos de los momentos que recuerdo con cariño.
Estos dos videos pertenecen a una Gala que hicimos en el Teatro Madrid el año 1998
BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE LA DOLORES - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE ANTILLON - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
Uno de los recuerdos mas entrañables que tengo es la Gala del X Aniversario de Gambini, en esa ocasión quisimos hacer algo muy especial y Pedro Azorín creó "EL ABRAZO DE LAS TRES PROVINCIAS" con la colaboración de la Rondalla y los Cantores de la Casa de Aragón de Madrid
podría seguir recordando un sin fin de momentos de la convivencia con el maestro, sus frases celebres como "Fuchi" para vete o su memorable "Grito de guerra" con el que acababa todas las funciones y yo he querido dejar al final de cada video. Un sin fin de detalles dentro y fuera de la danza que le hacen seguir vivo en los que le queríamos.
En otro de mis textos yo digo que una vida plena es la que deja huella cuando ya no estás, él lo consiguió.
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