Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



martes, 17 de noviembre de 2015

MAESTRO AZORÍN - VIVO EN EL RECUERDO




Ayer entré en Facebook y vi una publicación, era Pilar Azorín que recordaba el 15 aniversario de la muerte de su padre, el Maestro Pedro Azorín. El 16 de Noviembre es un día negro en el que recordamos la perdida de varias figuras de la danza. Es una generación de artistas que nos van abandonando, es ley de vida, pero la gente de mi quinta, que hemos estudiado y trabajado con ellos, lo vivimos con mucha pena, pero como es lógico, algunas personas te tocan mas de cerca.

Yo debo reconocer que Pedro Azorín para mi es alguien muy especial, fui alumna suya cuando era casi una niña y unos años después retomamos el contacto y se vino a mi escuela, donde compartimos una larga temporada de trabajo y creatividad.

PEDRO AZORIN

Para el que no le haya conocido era un gran Maestro y Coreógrafo, Maestro de Maestros, innumerables generaciones de profesionales de la danza, han pasado por sus aulas, ha coreografiado Jotas Aragonesas en las mejores compañías y enseñado a profesionales de todo el mundo.

Para los que le conocíamos de cerca era un hombre de fachada altiva y dura, chapado a la antigua, su sola presencia imponía. Era fachada, tras ella se escondía un hombre con un corazón inmenso que no le cabía en el pecho, un gran padre y marido fiel, que adoraba a su familia, para él era lo primero. Una persona que, a pesar de su relevancia pública, nunca perdió su modestia, era muy tímido, no le gustaban las apariciones públicas.

 
Yo recuerdo que después de cada espectáculo debíamos preparar que alguien le sacara al escenario para recibir sus merecidos aplausos, por que él no quería ese momento de popularidad.

Le recuerdo entre cajas, viviendo esos momentos como los vive cualquier profesor responsable, con nervios por un trabajo bien hecho, que en ese momento, está en manos de tus discípulos. Siempre con sus castañuelas en las manos para guiar el compás y con la tensión a flor de piel. Estaba pendiente de cada detalle viviéndolos como si él bailara cada paso de los que se estaban ejecutando en el escenario, dirigía magistralmente hasta los saludos finales y en ese momento, su instinto era dar un paso atrás y alejarse del escenario, como para decir “Ya está, he terminado”, era el momento de tirar de él y sacarle al escenario, una breve reverencia y se marchaba lo mas rápido posible.

 

Su trabajo era único, poca gente era capaz de crear pasos y darles tanto movimiento como lo hacía él. El sentido del espacio y de la unidad de grupo, tal vez heredado por la su contacto con la generación de la “Sección Femenina”, era magistral. Filas, cruces círculos y aspas debían ser perfectos o no le valían. Le recuerdo con ese tono solemne que él tenía, acercándose a alguien que sobresalía de una fila y con la castañuela le tocaba el hombro o ese brazo fuera de lugar, era un gesto muy suyo, las castañuelas eran su medio de expresión, hasta en esos momentos de correcciones.

Era meticuloso hasta el infinito, incansable y exigente, pero si hacía falta, salía el Pedro humano, cercano y comprensivo. Era capaz de dejar de lado esa fachada para ser un amigo y hasta un padre en algunos momentos. Le recuerdo sentado en la recepción de mi escuela compartiendo ese rato de relax con nuestras alumnas y con migo, con “Sus Gambinitas” como él las llamaba, haciendo proyectos, planeando las siguientes coreografías y contándonos anécdotas de su vida. Los viernes en Gambini eran días mágicos, días especiales en los que la escuela se llenaba de su energía.

 
 
El Maestro Azorín siempre daba clases con sus cintas de radiocasset, pasaban los años, entraba la era digital y él seguía con esas cintas ya raídas, que las dejaba de lado solo cuando él mismo se ponía cantar una jota. Era un hombre muy cabezota y por mas que se le dijera no había manera de hacer que evolucionara. Como es lógico, no siempre se podía actuar con Rondalla y los Teatros ya no funcionaban con cintas, el cambio ya era obligado, en la escuela decidimos regalarle un reproductor de CD con las grabaciones de sus cintas digitalizadas, para que pudiera hacer ese cambio sin grandes traumas. Era un hombre inteligente y sabía que no le quedaba mas remedio, pero ese día salió el niño enfadado que llevaba dentro. Ese reproductor acabó siendo su fiel compañero de fatigas y con él dio clases hasta sus últimos momentos.

Para los que le queríamos, fue muy duro ver como, ese torbellino de energía, se apagaba victima de una implacable enfermedad que se lo llevó en unos meses.

 
Yo le vi en junio, a finales de Septiembre recibí una llamada suya diciéndome que no se sentía con fuerzas para continuar dando clase. En aquel momento yo no sabía la gravedad de su estado, ni lo avanzada que estaba ya su enfermedad, en Noviembre nos dejó.

Para los que le queríamos fue un golpe duro del que todavía quedan secuelas, a pesar de haber seguido en contacto con ellas, no puedo ni imaginar lo que fue para sus hijas y su mujer esos últimos momentos.

Se que él las quería muchísimo y que amaba su profesión, había sido un luchador, que desde sus comienzos mas espartanos en Aragón, había venido a Madrid para poder crecer personal y profesionalmente. Dejó una gran huella en generaciones enteras, y a pesar del momento tan precario que pasa la Danza en estos tiempos, se le recuerda como una gran figura que ha hecho historia.

Yo quiero recordar algunas de las últimas actuaciones, coreografías que montó para mis chicos y que guardo como un tesoro. Son grabaciones antiguas cuya imagen no es buena, pero para mi son grandes recuerdos tanto por el tiempo que pasamos preparando esos espectáculos como por el resultado de su trabajo.

 
Guardo en mis archivos imágenes de sus jotas que espero algún día se puedan remasterizar y sacar como un documento histórico de su trabajo, es un proyecto que llevo años deseando llevar a cabo y tal vez se vaya acercando el momento de hacerlo.
 

Para los amantes de la Jota Aragonesa estos son algunos de los momentos que recuerdo con cariño.

 
Estos dos videos pertenecen a una Gala que hicimos en el Teatro Madrid el año 1998
 
BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE LA DOLORES - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
 


BALLET ESPAÑOL GAMBINI - JOTA DE ANTILLON - COREOGRAFÍA PEDRO AZORIN
 
 
Uno de los recuerdos mas entrañables que tengo es la Gala del X Aniversario de Gambini, en esa ocasión quisimos hacer algo muy especial y Pedro Azorín creó "EL ABRAZO DE LAS TRES PROVINCIAS" con la colaboración de la Rondalla y los Cantores de la Casa de Aragón de Madrid
 
 
 
 podría seguir recordando un sin fin de momentos de la convivencia con el maestro, sus frases celebres como "Fuchi" para vete o su memorable "Grito de guerra" con el que acababa todas las funciones y yo he querido dejar al final de cada video. Un sin fin de detalles dentro y fuera de la danza que le hacen seguir vivo en los que le queríamos.
 
En otro de mis textos yo digo que una vida plena es la que deja huella cuando ya no estás, él lo consiguió.

MAESTRO, ESTÁS VIVO EN NUESTROS CORAZONES

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