Estos días, en las redes sociales, circula
mucho una imagen, el texto dice: “No entiendo porque la gente discute con lo
bonito que es decir a todo que si y hacer lo que te da la gana”
Esta frase me pone los pelos de punta cada
vez que la veo y estos días, no he hecho mas que darle vueltas, intento
entender que sentido tiene. Es una conducta mas que frecuente, pero para mi, no
se trata de educación, si no, de una inmensa falsedad, casi diría que traición
si la aplicas a personas de tu entorno y desde luego, nunca aplicable a alguien
que quieres, por muchas discusiones que te traiga.
La primera vez que oí decir esa frase, hará
unos diez años, eran personas muy cercanas a mi, por lo menos ella, la conocía
desde niña y su pareja me dijo con toda desenvoltura, “Que mas da, yo le digo a
todo que si y hago lo que me da la gana, así no discutimos”, esas palabras
todavía resuenan en mis oídos. En aquel momento me escandalicé y pensé, ¿En que
manos ha caído mi niña?
Por desgracia no siempre puedes intervenir y
me tuve que hacer de lado, mientras ese ser “tan sincero”, iba aumentando su
control y yo veía como poco a poco esa chica, acataba todos los deseos de su
pareja.
Las personas manipuladoras, por desgracia,
son las que se esconden tras las fachadas mas amables y bonachonas, gente
simpática o con mucho carisma y que siempre van como si nada pasara. Son
personas que, con su aparente tranquilidad, dan una falsa sensación de calma.
Transmiten ser alguien valido, en el que se puede confiar, mientras poco a poco
van usando tus debilidades para ejercer su control.
Desde que los tiempos son tiempos ha existido
gente así, pero lo preocupante es que se vuelva una moda.
Las redes sociales son un gran invento, pero
también una herramienta del diablo, no hablo de nada religioso, me refiero que
cualquier información llega a cualquier persona, sin filtros ni controles,
millones de consejos vagan en las ondas de Internet sin control ninguno, para
que cualquiera, sea o no maduro para entenderlo, lo lea y lo pueda aplicar.
La juventud está adoptando cada vez mas, esa
lamentable conducta, confundiéndola con una falsa educación, veo a diario
alumnos y sobre todo, profesores y colaboradores, que al mas mínimo comentario
te miran con cara complaciente, esa expresión entre sonriente y burlesca que
quiere decir “Si, si, habla que ya verás el caso que te hago”.
En ese momento me hierve la sangre, no solo
por la falta de respeto, si no porque no puedes hacer nada, el objetivo que
buscaban, ha sido efectivo, han cortado toda reacción verbal. Nada de debate,
ni de dialogo, ni mucho menos de discusiones, pero para ti que estás intentando
transmitir algo o pedir un cambio, que diferencia hay entre esa respuesta y
darte de narices contra una pared.
Si reaccionas a la expresión o te enfadas,
eres un paranoico y te dicen,”Son cosas tuyas, yo no te he dicho nada”, pero la
realidad es que es otra forma de no hacerte ningún caso.
Esa conducta es como poco frustrante. Es como
vivir en un mundo de autistas, donde cada uno hace lo que quiere pasando de
todos los demás. Una sociedad que se esconde tras esa media sonrisa y sale de
ella solo para un estallido de ira. Tanto “pasar”, pasa factura, valga la
redundancia.
Ese aparente mundo sin discusiones no es tan
feliz, si tu lo aplicas a las personas que te rodean, tarde o temprano ellas te
lo acaban devolviendo. El Karma hace que todo te vuelva y esa indiferencia que
tu has dado, te acaba volviendo, pruebas tu propia medicina y sientes la misma
rabia, impotencia y pena que has hecho sentir, pero estás en un circulo vicioso
de sonrisas e hipocresía del que ya no sabes salir.
¿ALGUIEN SE HA PREGUNTADO ALGUNA VEZ EL
PORQUÉ DE TODO ESTE GALIMATÍAS?
Yo si, le llevo dando vueltas desde hace
algún tiempo y la única conclusión a la que he podido llegar es que estamos
criando una sociedad de cobardes. La juventud actual es el fruto de unos padres
excesivamente permisivos. Padres que, como reacción a su propia educación, tal
vez demasiado restrictiva, han decidido darles a sus hijos todo lo contrario.
Sin darse cuenta, han hecho demasiadas concesiones, han aceptado imposiciones y
tiranías de sus hijos, por miedo a perderles. Han criado unos hijos que nunca
han tenido un NO por respuesta, chicos y chicas que con sacar un poco
los dientes o dar la espalda, han hecho lo que han querido.
Ese NO a tiempo educa y te prepara
para la vida, esa vida exigente y competitiva que nos fuerza a ser los mejores
en cada momento. Pero, ¿Que ocurre cuando llega la frustración y te dicen que
eso que creías haber hecho bien, no lo está, que está mal?.
En ese momento, esa persona que nunca
aprendió a aceptar la palabra NO, tiene dos opciones, estallar de rabia o poner
esa cara de póquer, esa reacción que estamos analizando que le lleva a pensar
para si: “Ya, Ya, dime lo que quieras, que yo haré lo que me da la gana”.
En vez de serenarse y de defender sus ideas o
acciones, con razonamientos validos y constructivos, esa persona se cierra en
banda, rehuye cualquier debate y se aleja en su propia burbuja de
autocomplacencia.
En algunos momentos eso puede considerarse
buena educación, responderle a un jefe, no está bien visto, pero si el
resultado final es, no hacer caso, no hacer lo que te están pidiendo, yo me
pregunto, ¿Esa educación es de verdad tan buena?
Si esa conducta la tienes con alguien cercano
a ti, pasa lo mismo, ¿Es educación, o desprecio?
Yo creo que defender tus ideas de una forma
educada y constructiva siempre es bueno y un buen debate es sano y te enseña a
razonar.
Todo el mundo, en algún momento, tiene que
aceptar una orden que no le agrada, pero la tiene que aceptar.
Ese no es el problema, el verdadero problema
surge cuando cada persona se queda con su idea, nadie hace caso a nadie y la
situación se enroca en una gran farsa.
“No entiendo porque la gente discute
con lo bonito que es decir a todo que si y hacer lo que te da la gana”
Parece una frase inocente, pero detrás lleva
una inmensa carga, un entero colectivo sin el valor suficiente como para
defender sus ideas, incapaz de levantar la voz por lo que creen justo o
verdadero.
Y yo me pregunto, ¿Es lo queremos para
nuestros Hijos?. Mi respuesta está clara NO
Yo le declaro la guerra a todas las personas
falsas, cobardes o demasiado hipócritas como para decirte lo que piensan a la
cara. Soy una simple profesora de Baile, pero creo que es parte de mi deber
como ser humano, reivindicar un mundo mas implicado y mas sincero. Día a día
lucho por enseñar esa lección a mis discípulos, hoy se que no la entienden,
pero espero que algún día, de sus frutos.
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