Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



martes, 27 de octubre de 2015

Reflexiones - ¿Que es, ser una buena persona?


“Ser una buena persona” o “Ese tipo es una buena persona”, son frases que se usan con mucha frecuencia. Las redes sociales están inundadas de publicaciones sobre ser buena gente o como mejorar a nivel personal. Pero .... ¿Os habéis preguntado alguna vez que quiere decir “Ser una buena persona”? y mas importante todavía, te has preguntado alguna vez, de tu a tu, a solas ante el espejo ¿Soy una buena persona?.

Para mi es un termino que se asocia demasiadas veces con conceptos de éxito personal o profesional o peor todavía, con temas materiales o económicos. Para mi ser buena o mala persona es algo mucho mas profundo, algo íntimamente personal, que solo lo puedes decidir pactando con tigo mismo.

De niños nos enseñan la diferencia entre ser buenos o malos, si haces los deberes, comes toda la comida y obedeces, eres bueno, si sales respondón, pegas o no haces caso, eres malo. Eso está bien, da unas pautas de conducta claras para que un niño pueda desarrollar su infancia, marca esos límites imprescindibles para aprender conceptos como el respeto, cumplir con las obligaciones e incluso enseña a aceptar la frustración de un NO, cosa que creo es indispensable en el buen desarrollo emocional de la persona.

La infancia y como se educa a un niño, marca todo su futuro, ser educados, se aprende en casa de pequeños, pero eso no es lo único que hay que aprender. Conceptos como la generosidad o la empatía se descuidan demasiado a menudo y para mi son las verdaderas raíces de una buena persona.

Vas creciendo y todos pasamos por varias etapas de desarrollo. ¿Quien no ha pasado por la etapa de rebeldía adolescente?, a los treinta, llega el momento en el que crees que eres autosuficiente y no necesitas a nadie. A los cuarenta la segunda juventud y así podría seguir mencionando etapas en la evolución estándar del individuo. Todos pasamos por esas etapas, pero lo que nos hace especiales y diferentes, los unos de los otros, es la capacidad de crecer a nivel personal, de tomar esas decisiones que nos llevan a ser de un modo o de otro. Las personas mas reflexivas eligen su propio camino y la gran mayoría se deja llevar por modas, amigos o simplemente por el día a día.

Durante ese proceso natural de vida, se usa un millón de veces frases como “Quiero ser mejor persona” o “Voy a luchar para ser mejor persona”, si alguien se para a pensar en estas frases está implícito un descontento, si quieres mejorar es que sabes que algo falla, pero ¿Sabes que es?.

En la edad adulta se confunde demasiadas veces ser buena o mala persona, con la capacidad de ocultar tu verdadera personalidad, de alguna manera se adapta ese aprendizaje infantil a una versión adulta, me porto bien, no grito ni pego, pues soy una buena persona. Para mi solo es una persona educada, ese aprendizaje de comportamiento, nos lleva a ser bien o mal educados, no nos define como personas, define solo nuestra calidad de comportamiento.

Otro estereotipo es confundir las acciones materiales, con ser buena persona. “Ese tipo es buena persona, todos los años hace grandes donativos a esta causa”, ser generoso o en el caso del ejemplo, dar dinero, tiene generalmente muchas componendas que habría que  analizar en profundidad. Dar algo de dinero es fácil, es un acto indoloro que, para alguien que tiene esa posibilidad, es el exponente mas sencillo de comprar esa aprobación que mucha gente busca.

Para mi, ser buena persona, tiene mas que ver con conceptos como altruismo, empatía o falta de egoísmo, saber poner los intereses de otra gente por encima de los tuyos o preocuparte por los demás. Detalles diarios sin un implícito valor económico. Saber escuchar de verdad, interesándote en serio por lo que te cuentan. Tender una mano a esa persona que necesita o quiere tu ayuda. Tener tiempo para los demás. Hacer algo sin que te lo pidan. Muchos llamarían a esta conducta “SER TONTOS”, yo lo llamo, SER BUENA PERSONA.

En las redes circula una imagen, dice: “No existe una almohada mas cómoda que una conciencia tranquila”
 

El termino “Conciencia” se aplica muchas veces a conceptos religiosos, paraíso o infierno, yo creo que es algo mas terrenal, son los acuerdos que debes tomar cada día contigo mismo, esas decisiones diarias que te hacen avanzar o retroceder en tu vida, que te hacen dejar de lado personas, que en un momento, han sido importantes o recibir con los brazos abiertos los cambios que te va proponiendo el destino.

Es innegable que la vida está hecha de renuncias y despedidas. La gente llega a tu vida, permanece en ella un tiempo y sigue su camino, es una dolorosa realidad de vida que día a día nos enseña nuevas lecciones. Como vives esas etapas de tu vida y el balance que sacas de ellas es lo que te define como persona.

Cuando alguien nuevo llega a mi vida, no me pregunto, ¿Esa persona que me va a aportar?, se que acabaré dando mas de lo que voy a recibir, las preguntas que me suelo hacer son otras, me pregunto: ¿Le puedo aportar yo algo?.

Se que tengo un carácter fuerte, mi concepto de una vida bien aprovechada, es pasar por este mundo dejando atrás una huella, que el día que ya no estés, no hayas sido un fantasma en la oscuridad, si no una luz, un referente. Me gustaría que alguien me pueda recordar con cariño y lo que mas orgullosa me haría sentir, es que alguien siguiera alguno de mis pasos.

Cuando alguien llega a mi vida, se que de alguna manera, esa personalidad que tengo, va a intentar dar ejemplo, va a intentar ser ese referente a seguir, eso es lo que me hace ser aún mas reflexiva en mis decisiones y sopesar muy, muy bien cada paso, para que mis actos no sean perjudiciales.

Como es lógico me asaltan mil dudas, pero las directrices que rigen mi vida son claras, si algo es lo mejor para esa persona, lo acepto, aunque sea malo para mi. No os equivoquéis, no soy ninguna Santa, pero las personas que me importan, siempre las pongo por delante de mis propios intereses. Razono, dialogo e intento salir lo mejor parada posible, pero cuando llega el momento decisivo, yo se lo que voy a hacer, otra cosa sería mentirme.

La frustración y la rabia, viene cuando debes aceptar algo que sabes que no va a ser bueno, pero también en ese momento hay opciones para ser buena o mala persona. Distanciarse no quiere decir dejar de luchar por esa persona o por lo que crees que es mejor. Si crees de verdad en esa causa y después de ponerte en el pellejo del otro, sopesar pros y contras, si sigues pensando que la lucha es necesaria, adelante, porque lo peor es levantarte una mañana, mirarte al espejo y tenerte que decir a ti mismo: “Eres un@ cobarde, tiraste la toalla y podías haber luchado hasta el final”.

Ese luchar por los demás es una de las cosas que llevo a gala en mi intento por ser mejor persona. Muchas veces me han preguntado: “Porque lo haces” siempre contesto “Porque soy así”, la verdad, es que creo que una vida sin que nadie te afecte, no tiene sentido.

Para mi otro de los factores que marcan la diferencia entre una buena y una mala persona reside en el rencor. Todo el mundo tiene memoria, todos recordamos las cosas que nos han dolido e intentamos aprender de ellas, pero hay un momento en el que esos hechos se deben archivar. Mantenerse alerta es humano, pero para mi, las malas personas son las que se guardan esos hechos, agazapados, no se enfrentan a resolver ese problema o esa discusión, no son sinceros y no te dicen a la cara, no estoy de acuerdo o me has hecho daño. Esa gente mantiene una conducta diplomática y correcta esperando ese momento que te ven vulnerable y entonces, utilizan lo que mas daño te hace para herirte profundamente y así, vengar la rabia que les ha producido, guardar el rencor dentro de si, durante tanto tiempo.

Podría seguir enumerando conductas que diferencia una buena y una mala persona, pero creo que el concepto está claro.

Para mi, el ser humano que merece la pena es el que da valor a los sentimientos ajenos, actúa según su conciencia sopesando las consecuencias de sus actos y aleja conductas que puedan ser dañinas para su entorno.

Esto puede sonar a Utopía en una sociedad como la que vivimos, en la que las personas se mueven para conseguir beneficios personales, donde los amigos se buscan por interés, las decisiones se toman en función de cuanto dinero vas a ganar y las relaciones personales, se tiran como los clinex. Tal vez yo sueño con ese mundo fantástico, donde el ser humano se humanice, sea receptivo al dolor ajeno y no haya que estar continuamente a la defensiva, pidiendo cosas que deberían ser obvias como el respeto, el cariño o que se te tenga en consideración.

Como ya os dije antes, yo creo en practicar con el ejemplo, por lo tanto seguiré comportándome como me dicta mi conciencia y esperando que alguien, llegue a compartir mi visión de la vida.

Mi lama es:

NO TE ACUESTES SIN HABER HECHO ALGO POR ALGUIEN, HABER APRENDIDO ALGO Y HABERTE ESFORZADO EN MEJORAR POR LO MENOS UN POCO.
 
 

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