Este blog refleja mis vivencias como maestra de baile desde hace mas de treinta años y algunas reflexiones a las que me ha llevado mi edad y mis experiencias personales.
Espero que estos textos os hagan pensar y que algunas personas los encuentren enriquecedores para su vida y su profesión.



viernes, 16 de octubre de 2015

Porque el nombre de mi Blog


“Como ser profesor de baile y no morir en el intento” unos pensareis que es un titulo en broma, otros que vaya nombrecito, la realidad es que esa frase es lo que siento yo cada día al enfrentarme a mi trabajo.

Dar clase parece que está de moda, clases de baile en cualquier lugar, academias, salas, actividades extra escolares, gimnasio y cualquier lugar que se os ocurra es apto para dar unas clase de algo. Son muchos los que ven en las clases de baile la solución a sus vidas, pero ¿es de verdad un trabajo tan fácil?

Yo creo que no, dar clase lo puede hacer mucha gente, te pones delante de los alumnos y ala que te sigan, pero.... ¿sabes que les estás transmitiendo?, ¿Eso que haces es lo mejor para esa persona? podría formular un millón de preguntas que os harían pensar.

La gente ve dar clases como si fuésemos funcionarios, yo voy, doy mi horita y a cobrar.

Si eso es así, vale para una temporada, si lo que enseño está de moda a lo mejor vives unos años, pero... ¿Te has preguntado a ti que te aporta?

Yo lo he hecho muchas veces a lo largo de mi carrera, cada año es diferente y cada alumno te enseña algo, pero al fin y al cabo la respuesta siempre es la misma:

 

ENERGIA PARA SEGUIR ADELANTE


 

Como ya os he dicho, a mi, dar cases, me llena. Es un reto y una forma de vida, es el motor que hace que cada día me levante de la cama con una nueva ilusión. No voy a mentir, cada clase es distinta y las hay mas motivadores que otras, pero siempre que los alumnos me dejan, pongo en ellas el corazón.

Yo se que en mi generación hay muchos maestros que elegían dar clases por vocación, pero creo que cada vez se ha vuelto mas un negocio, una mera transacción comercial. Yo trabajo, tu me pagas y ya está. Para mi eso es un monitor, no un maestro.

Para mi ser maestro va mas allá de lo puramente económico, a ver soy empresaria y por lo tanto se lo que es que a final de mes, lleguen las facturas y las tengas que pagar, todos tenemos que comer, y porque no hacer que nuestro trabajo sea valorado, pero yo necesito una parte emocional en todo esto, necesito que mi trabajo me enriquezca.

A lo largo de mi carrera he buscado no solo ser maestra, si no también ser mentora de  mis pupilos.

¿Sabéis la diferencia entre un Alumno y un Pupilo?

Para mi un alumno es alguien a quien le enseñas, te implicas durante el tiempo que está a tu lado y cuando sale por la puerta cada uno sigue su camino.

Un Pupilo es alguien que ha decidido aprender de ti, no solo algunos pasos de baile, si no las lecciones de vida que a ti te ha costado tanto esfuerzo aprender, es alguien que está a tu lado con ansia por recibir ese legado y que de alguna manera hereda tu esencia para que el día de mañana, cuando ya no estés, lo que tu le has enseñado siga vivo en él o ella.

A lo largo de una carrera profesional pasan por tus manos cientos de alumnos, yo puedo decir con orgullo que han sido unos cuantos miles, pero he tenido muy pocos alevines de pupilos.

Tengo cincuenta y tres años y con pena tengo que reconocer que he dejado mi granito de arena en varias personas, pero todavía no he encontrado ese pupil@ que acepte el legado.

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